PRESENTANDO TU CUERPO COMO SACRIFICIO VIVO

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Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional

Traducción de Carmen Alvarez


Hemos observado a la gente Cristiana durante varios años y hemos llegado a la conclusión de que la clave para la vida victoriosa yace en presentar cada día nuestro cuerpo como sacrificio, viviendo pacientemente para el Señor de la manera en que nos dijeron los Apóstoles.

Hay quienes están esperando el momento dorado, el día en que el Señor se les aparecerá y les dará la comisión de trabajar en Su viñedo, cuando ya no existirá ningún obstáculo en su camino. Pero el momento dorado rara vez llega.

Hay otros que siguen el “año litúrgico” Cristiano. Ellos no producen mucho fruto.

El ganador en la carrera Cristiana es el creyente que cada día presenta su cuerpo como sacrificio vivo, buscando la voluntad de Dios en cada decisión ya sea grande o pequeña, leyendo su Biblia, reuniéndose regularmente con creyentes fervientes, dando, sirviendo, acercándose a Jesús en cada oportunidad.


Indice

El Momento Dorado
El Año Litúrgico
Presentando Tu Cuerpo Como Sacrificio Vivo


PRESENTANDO TU CUERPO COMO SACRIFICIO VIVO

Hemos observado a la gente Cristiana durante varios años y hemos llegado a la conclusión de que la clave para la vida victoriosa yace en presentar cada día nuestro cuerpo como sacrificio, viviendo pacientemente para el Señor de la manera en que nos dijeron los Apóstoles.

El común denominador del éxito espiritual no es la brillantez intelectual, ni la educación destacada, ni talentos extraordinarios, ni la habilidad notable para llevarse bien con la gente o para poder persuadirla, ni revelación espiritual poco usual, ni ser excelente orador ni ninguno de los otros atributos o características populares que nosotros asumiríamos que lograrían un desempeño sobresaliente en la vida Cristiana.

Algunas personas comienzan con un gran espectáculo. Sobresalen rápidamente pero no duran. Quizá muestren ahínco o habilidad notable durante algún tiempo. Pero al pasar los años, su interés disminuye o se desvía hacia la obtención de dinero, de bienes materiales, de un trabajo importante que requiere demasiado de su tiempo o de alguna otra situación o esfuerzo.

La persona que persevera pacientemente y que todavía se encuentra sirviendo al Señor diligentemente después de que pasan décadas, aunque pocos lo noten o le den importancia, es la que gana la corona de justicia y la vida eterna. Para complacer al Señor debemos orar y buscar a Dios como si fuéramos el apóstol más grande sobre la tierra aunque no estemos siendo utilizados por el Señor de ninguna manera notable. ¡Esta fidelidad constante es tan importante para el Señor!

El ganador en la carrera Cristiana es el creyente que cada día presenta su cuerpo como sacrificio vivo, buscando la voluntad de Dios en cada decisión ya sea grande o pequeña, leyendo su Biblia, reuniéndose regularmente con creyentes fervientes, dando, sirviendo, acercándose a Jesús en cada oportunidad.

El Momento Dorado

Los creyentes a veces cometen un grave error. Piensan que tarde o temprano llegará a sus vidas el momento dorado cuando podrán “marchar hacia adelante y hacer grandes cosas para Dios”. Pero, para la mayoría de nosotros, el momento dorado nunca llega. Nos graduamos de la preparatoria, quizá de la universidad. Pasan unos cuantos años y nos casamos. Pasan unos cuantos años más y nos jubilamos de nuestros trabajos. Y sin darnos cuenta, lo siguiente que sabemos es que estamos muriendo en algún hospital sin realmente creer que vamos a morir. Nos sucede a los mejores.

Tienes que decidirte a servir a Dios hoy mismo a pesar de tus problemas “imposibles”. Clama a Dios con todas tus fuerzas. ¡El momento dorado es ahora!

Sabemos que debemos apresurarnos y servir al Señor. “Claro que en realidad no podemos trabajar seriamente con Dios cuando somos niños pequeños.” ¿Tú crees que no? En nuestra asamblea contamos con que los niños de cuatro años en adelante se consideren discípulos del Señor Jesús, como miembros del Cuerpo de Cristo.

Nosotros tomamos muy en serio a los niños y su alabanza. Tan pronto como puedan dar pasitos, todavía en pañales, ya están ondeando las banderas de alabanza. Ellos son una parte extremadamente importante de nuestra congregación. Es de ellos que Dios nos ordena fortaleza. Su momento dorado es ahora.

Durante el servicio de comunión, los niños entre siete y doce años se acercan al altar por su propia voluntad para tomar los elementos como un pacto personal con su Señor. No son forzados a esto, sólo se les invita ocasionalmente. No necesitan ser empujados. A ellos les encanta hacerlo.

“Claro que nuestros adolescentes son demasiado jóvenes para realmente servir a Dios. Deben esperar hasta que sean mayores.” No es así. Nosotros estamos dándole a los adolescentes parte del servicio de los Domingos por la tarde para que ellos lo conduzcan como quieran. Ellos comprenden que la planeación y la presentación dependen de ellos, que si fracasa, fracasa. Quiero repetirles que nosotros consideramos lo que ellos hacen como serio e importante, no una dádiva que les estamos echando, ni una simpática actividad “de adolescentes”. Anticipamos que ellos trabajen seriamente con Dios y escuchamos lo que tienen que decir.

Los adolescentes pueden volverse muy hábiles con las rutinas de banderas y banderines, con las mímicas, con las obras dramáticas y con los panderos. Ellos pueden participar en lo que llamamos yadah. Uno o dos de los jóvenes se paran frente a la congregación y con movimientos apropiados, actúan la canción de alabanza que se está cantando. Esto es yadah. Cuando nosotros tomamos en serio a la juventud, la juventud se toma a ella misma con seriedad.

Yo creo que el Señor me ha encargado poner en claro el pacto nuevo. El pacto nuevo Cristiano se ha perdido bajo los escombros de la salvación por la gracia, de las mansiones en el Cielo, del “rapto” en cualquier momento y del resto de las tradiciones actuales. El pacto nuevo en realidad tiene que ver con que guardemos los mandamientos de Dios naturalmente. Nuestros adolescentes comprenden la diferencia entre lo que estamos predicando y las tradiciones que prevalecen, y pueden expresar nuestro mensaje. Pueden representarlo con mímica. Ellos no andan jugando con Dios.

En algunas ocasiones, conforme el Espíritu de Dios parece estarnos dirigiendo, la mayoría de nosotros en la asamblea nos levantamos y marchamos alrededor de la iglesia. La única música es el tambor. Algunos de los jóvenes toman los banderines, incluyendo el gran banderín representando a nuestro gran Campeón sobre Su caballo blanco, mientras que otros llegan al frente y lanzan sus banderines hacia abajo expresando la destrucción del enemigo. El momento dorado de los adolescentes es ahora.

“No podemos esperar mucho de los jóvenes. Ellos están en la universidad o a punto de casarse o comenzando su carrera profesional.” Nosotros no aceptamos esto. Esperamos que los jóvenes averigüen del Señor lo que Él quiere que hagan, ya sea servicio en algún lugar lejano o en la casa o lo que Dios quiera. ¿Deben estudiar una carrera universitaria o no? Este es el momento en que deben buscar la dirección del Señor para que sus vidas no se desperdicien acumulando dinero o asistiendo al mundo en su prisa desenfrenada hacia la destrucción. Su momento dorado es ahora.

“Sabemos, claro, que aquellos en sus cuarentas no pueden realmente tomar en serio su servicio al Señor porque están en la cúspide de sus carreras y esperan servir a Dios cuando se jubilen.” Esta es la mentira más grande de todas.

La cultura Norteamericana está succionando la vida de quienes tienen alrededor de cuarenta años exigiéndoles más y más de su tiempo y esfuerzo. El faraón les está ordenando que hagan ladrillos sin paja. Se están esforzando, esperando hacer mucho dinero para que puedan jubilarse cómodamente.

Estos hombres y mujeres están en la cumbre de sus habilidades. Es ahora cuando deberían estar sirviendo al Señor en alguna área importante. Dios tiene algo para ellos si ellos Lo buscan. Quizá signifique abandonar sus planes de jubilación. Su momento dorado es ahora.

Quizá la ilusión más grande de todas, la que tiende una trampa a los Cristianos Norteamericanos es la idea de que podemos hacer mucho dinero para luego jubilarnos y servir al Señor. No te engañes. Uno de los principios fundamentales del ministerio es proponerte confiar en el Señor para que te dé suficiente dinero para continuar.

No es posible ahorrar una gran cantidad de dinero para que no tengamos que confiar en el Señor y luego poder llevar la Palabra de vida a la gente. La Palabra de vida sólo viene del siervo que ha sido crucificado con Jesús y que está viviendo por Su vida, y de ningún otro modo. Los apóstoles habitan en el fuego Divino, no en despachos con paredes en nogal rodeados de sus comentarios y diccionarios Griegos, recibiendo su pensión cada mes para que no tengan que confiar en la fidelidad de Dios.

Ahora llegamos a los de la tercera edad. “Claro que no podemos esperar que los ancianos salgan como misioneros o que sirvan de alguna manera importante. Ya están demasiado cansados.” La verdad es que cualquier persona de casi cualquier edad puede encontrar trabajo importante en el Reino si esa persona busca al Señor. Las personas mayores pueden desarrollar un ministerio de oración e intercesión, o pueden escribirles a los misioneros, o pueden trabajar con los niños. Si han servido a Cristo durante sus vidas, son una fuente fabulosa de sabiduría e inspiración para los jóvenes. Dios les mostrará cómo pueden servir en el Reino si están dispuestos a hacerlo. El momento dorado de los ancianos es ahora.

Puedes estar seguro que cuando te decidas a servir al Señor se te presentará algún obstáculo aparentemente insuperable. Tienes que decidirte a servir a pesar de tus problemas. Nunca llegará el día en que no tengas problemas y que puedas servir al Señor cómodamente. Tu momento dorado es ahora.

Qué trágico es que las personas mayores se den cuenta que han desperdiciado sus vidas esperando el momento dorado que nunca llegó. Ahora desearían haber servido al Señor cuando tenían energía y salud. Cuando miren hacia el Señor, ellos sabrán que Él está decepcionado. No sabrán qué esperar cuando mueran. Desperdiciaron su única oportunidad para mostrar su amor a Cristo.

Tu hora para servir al Señor es ahora mismo aunque los obstáculos sean monumentales. Eres una madre con hijos pequeños. Estás empezando un negocio. Estás planeando tu boda. Adelante, espera un mejor tiempo. Te darás cuenta que nunca llegará.

Eres demasiado joven, estás demasiado ocupado o demasiado cansado. Te encantaría pasar tiempo en oración pero ya no te queda ni tiempo ni energía.

Estás en el proceso de perder tu herencia espiritual. ¿Qué vas hacer al respecto?

El “Año Litúrgico”

El año litúrgico del Cristiano sería gracioso de no ser un asunto tan serio. Ocasiona que perdamos la plenitud de nuestra recompensa.

Se está acercando al verano. Todos saben que las personas se van de vacaciones en el verano, así que esperaremos hasta el otoño para tomar en serio nuestro servicio al Señor.

Cuando llegó el otoño, la escuela comenzó. Estamos exhaustos de preparar a los niños para el regreso a clases. Los familiares que viven lejos van a venir para el Día de Acción de Gracias y tenemos que hacer los preparativos. Serviremos al Señor tan pronto como pase el Día de Acción de Gracias.

Después del Día de Acción de Gracias nadie puede esperar que tomemos en serio servir al Señor porque se acerca la Navidad. Todos se están adelantando en sus compras este año y las tiendas pueden quedarse sin juguetes. Además, tenemos que practicar para la pastorela. Pero, después de Navidad, entonces sí tomaremos en serio al Señor.

Después de Navidad debemos esperar un poco. Todos estamos exhaustos. Los niños van a regresar a clases. Es hora de preparar nuestras declaraciones de impuestos. Muy pronto comenzará la obra de la Semana Santa. Después de la Semana Santa serviremos al Señor.

Se está acercando al verano. Todos saben que las personas se van de vacaciones en el verano así que esperaremos para servir al Señor hasta que la gente regrese de sus vacaciones y que los niños hayan regresado a clases.

Este es el año litúrgico Cristiano. El ciclo continúa hasta que estamos en un asilo. Y claro, después tenemos que esperar hasta morir para que podamos servirle a Dios en el Cielo. ¡Ciertamente nadie espera que entremos en el ministerio o que vayamos a un campo de misiones mientras estamos esperando morir!

Presentando Nuestro Cuerpo Como Sacrificio Vivo

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:1,2—NVI)

Desde finales de los años cuarenta hemos sido testigos de varias personas que recibieron profecía con respecto a su llamado en el Reino de Dios. No existe duda en mi mente que estas profecías eran genuinas. Las profecías fueron dadas por ministros santos y devotos, a veces hasta confirmados por dos o más líderes. Los escenarios fueron asambleas ordenadas de personas Cristianas, no juntas desordenadas y alocadas.

En su mayoría, los que recibieron profecía continuaron con sus vidas, no se produjo ningún cambio radical.

¿Por qué es esto? ¿Por qué no hubo evidencia en ningún momento de que las profecías se estuvieran cumpliendo o de que pronto se cumplirían?

¿Será porque van a ser cumplidas durante la Era del Reinado de los mil años? Yo no lo creo. Yo creo que la respuesta radica en Romanos 12:1,2 (arriba).

Si yo estoy en lo correcto, entonces a la mayoría de los Cristianos, hayan recibido o no profecías, se les ha dado dones y asignado papeles que desempeñar en el Reino que nunca serán desempeñados y cumplidos. Esto se debe a que no hacen lo que Dios dijo.

Pablo nos exhortó a:

Ofrecer nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

No amoldarnos al mundo actual.

Ser transformados mediante la renovación de nuestra mente.

Pablo dijo que si hacíamos esto seríamos capaces de comprender la voluntad de Dios para nuestra vida.

Las personas Cristianas, por lo menos en Norteamérica, no están presentando su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Ellas se están amoldando al mundo actual por la televisión, el periódico y ahora el Internet. No están siendo transformadas mediante la renovación de sus mentes en la Palabra de Dios.

Debido a que no están obedeciendo Romanos 12:1,2, no saben cuál es la voluntad de Dios. Ellos suponen que si Dios quiere que ellos hagan algo, Él los despertará a media noche y se los dirá. Pero así no es como sucede para la mayoría de nosotros.

Comparemos esto con el sacrificio de holocausto, descrito en el Libro de Levítico. Existieron varias clases de sacrificios animales que los Judíos aprendieron a observar. Algunos de ellos, como las ofrendas por el pecado y por las ofensas, eran obligatorios. Cuando pecabas o cometías una ofensa tenías que ofrecer el tributo prescrito o ser separado de Israel.

Pero la primera ofrenda mencionada, el holocausto, era voluntaria. Era un regalo de ti para Dios, una ofrenda que presentabas voluntariamente. El Altar recibió su nombre por esta ofrenda, siendo llamado El Altar del Holocausto.

Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptado en su lugar y le servirá de propiciación. Después desollará el novillo ante el SEÑOR, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tomarán la sangre y la derramarán alrededor del altar que está a la entrada de la Tienda de reunión.

Luego desollará la víctima del holocausto y la cortará en trozos. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, harán fuego sobre el altar y le echarán leña; después acomodarán los trozos sobre la leña encendida del altar, junto con la cabeza y el sebo. Las entrañas y las patas se lavarán con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al SEÑOR. (Levítico 1:4-9—NVI)

Recuerda, esta no era una ofrenda por el pecado. Su propósito era mostrar la devoción del adorador. Era un acto de alabanza, un deseo de complacer a Dios.

Observa (arriba) que el Israelita mataba su propio novillo y luego lo desollaba, acomodaba los trozos y los lavaba. El adorador efectuaba parte del servicio y los hijos de Aarón hacían lo que a ellos les correspondía.

Todo debía ser quemado en el altar. Pablo nos dice que todo nuestro hombre natural, nuestra naturaleza de Adán, debe ser crucificada con Cristo para que el pecado en nosotros pueda ser destruido.

Hay una tremenda lección aquí. Nosotros los Cristianos esperamos que Dios haga más en el servicio del que Él está dispuesto a hacer. Hay cosas que también nosotros debemos hacer.

Nosotros debemos ofrecer nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Dios no va a hacer esto por nosotros. Nosotros tenemos que matar a nuestro novillo, acomodar los trozos sobre el fuego, la cabeza y el sebo (nuestra mente carnal y nuestra naturaleza pecaminosa y lujuriosa), y lavar las partes internas y las piernas (nuestro corazón y nuestro andar con Dios) con el agua de la Palabra.

Debemos asegurarnos de no amoldarnos al mundo actual. Dios no hará esto por nosotros. Nosotros debemos alejarnos de los medios publicitarios y del entretenimiento mundano.

Depende de nosotros asegurarnos de estar siendo transformados mediante la renovación de nuestra mente en Su Palabra. Dios no va a leernos la Biblia.

Dios siempre está listo para ayudarnos cuando clamamos que nos dé consejo y fortaleza. Pero nosotros debemos hacer el esfuerzo de buscar a Dios.

“Me encontrarás cuando me busques con todo tu corazón.”

¿Cuántos Cristianos andan por la vida sin crecer en la habilidad para escoger el bien y rechazar el mal? Quizá asistan durante cincuenta años a la iglesia y nunca crezcan ni siquiera un centímetro espiritualmente. A la edad de setenta todavía son la misma persona que eran a los veinte años. ¿A qué se debe esto?

No ayuda en nada que las iglesias estén predicando gracia, gracia, gracia, rapto, rapto, rapto. Estos son como dulces por la manera en que son predicados. No hay elementos nutritivos que ayude a la gente a crecer así que continúan como bebés adultos.

¿Cuál es la clave del crecimiento? ¿Qué elementos químicos provocan crecimiento espiritual? ¿Cuál es el catalizador que falta?

El elemento químico faltante es la muerte con Cristo y la vida con Cristo. No estamos enseñándole a la gente que se considere muerta, ¡qué realmente se considere muerta! No le estamos enseñando a la gente que presente su vida como sacrificio vivo, un holocausto completo, ¡a qué realmente presente su vida como sacrificio vivo, un holocausto completo!

Quizá hablemos de renunciar al mundo y cargar nuestra cruz tras de Jesús pero no lo hacemos. Los Cristianos están salvando sus vidas, no perdiéndolas en el Señor Jesús.

Si queremos aprender nuestros dones y papeles asignados en el Reino de Dios, debemos hacer lo anterior ahora mismo; no cuando llegue algún momento dorado, no después del verano, sino ahora mismo –ahora cuando todo nos dice que este no es el momento adecuado.

Posiblemente estemos pensando, “quizá mañana, pero no en este momento”.

Dos de los seres más prácticos que jamás conocerás son Dios y Satanás. Ambos comprenden perfectamente que ayer y mañana nunca llegan. La salvación siempre es ahora. De hecho, como el Señor me dijo justo antes de mi ataque cardiaco, “todo lo que existe es el ahora”.

Si no ofreces tu cuerpo como sacrificio vivo ahora mismo, nunca lo harás.

Si quieres encontrar la voluntad de Dios ¡esto es lo que tienes que hacer en este momento!

Debes declarar que moriste cuando fuiste bautizado en agua. Quiero decir, que realmente moriste con Cristo en la cruz. Nada de jueguitos, tú estás muerto –te has ido. Tu vida ha terminado. Adán está crucificado. ¿Captas la idea? Haz una firme resolución en tu alma que esto es verdad y que no habrá cambios.

Si es necesario, enciérrate en un lugar tú solo y grita a las paredes: “¡ESTOY MUERTO!” Asegúrate de que nadie te escuche, especialmente los vecinos.

Ahora sí estás listo para unirte al Señor Jesucristo en Su resurrección de entre los muertos y ascensión a la derecha del Padre.

Ahora Dios comenzará a juzgarte, te ayudará a quitarte tu ropa de sepultura que es el amor al mundo, a la lujuria y a la voluntad propia. Está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y que después sean resucitados y enjuiciados. Esto es lo que te pasará a ti espiritualmente, en un sentido extraordinariamente real, una vez que estés dispuesto a declararte muerto.

Vaya, y eso no es todo. Tienes que hacer esto cada momento de cada día por el resto de tu vida. No es tan difícil una vez que te acostumbras a ello.

Ahora bien, ¿qué más debes hacer? Tienes que avanzar, avanzar y avanzar en el Señor Jesús para que estés inmediatamente consiente de Su Presencia. Necesitas de Su Vida Divina para que te fortalezca conforme caminas con Dios.

¿Qué más? Debes asegurarte que no te estás amoldando a este mundo. El amoldamiento al mundo y a sus caminos llega a través de los diversos medios de comunicación que nos asaltan. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, nos dijo Jesús. Por esto debemos protegernos continuamente de lo que es de valor para este mundo.

Los Norteamericanos adoran los deportes profesionales. Nosotros debemos evitar ese tipo de adoración. Jesucristo no se pasa Su tiempo preocupado por el marcador del fútbol profesional. Hay miles de Cristianos siendo martirizados diariamente en diferentes partes del mundo. Estos son tus hermanos y hermanas. Tú eres un Norteamericano rico. Así que ¡aprovecha tu tiempo!

Los Norteamericanos adoran el dinero. Nadie puede servir a Dios y al dinero. Busca primero el Reino de Dios y Su justicia si quieres encontrar la voluntad de Dios y crecer en Cristo. Lo que necesites te será agregado o Dios es un mentiroso.

Los Norteamericanos adoran la lujuria sexual. ¿Quieres destruir tu sistema nervioso y acabar como un tonto? Si es así, adora la lujuria sexual. Piensa constantemente en ella. Así nunca encontrarás la voluntad de Dios para tu vida. Tu siguiente parada será una clínica.

Los Norteamericanos adoran el entretenimiento. ¿Acaso vas a desperdiciar las horas preciadas de tu vida viendo la suciedad moral que se proyecta en la pantalla? Hazlo y tendrás toda la eternidad para lamentarte de las oportunidades que se perdieron para siempre.

Los Norteamericanos adoran los bienes materiales. Han sido persuadidos de que la vida de una persona consiste en la abundancia de las cosas que posee. ¿Quieres estar muerto mientras estás viviendo? Rodéate de más bienes materiales de los que realmente necesitas. Pasa tu tiempo protegiéndolos, desempolvándolos, y arreglándolos. Nunca tendrás suficiente tiempo para esperar en el Señor al grado de que puedas saber lo que Él te está diciendo. Tus bienes no te pertenecerán, tú le pertenecerás a ellos. Estarás matando tu naturaleza espiritual.

Norteamérica es una cultura que se está degenerando y está lista para ser apoderada por una nación más disciplinada. ¿Estás preparado para andar con Jesús a través de fuego atómico?

Si vas a buscar la voluntad de Dios para tu vida debes ser, indiscutiblemente, transformado mediante la renovación de tu mente. Esto se logra orando, meditando en la Palabra de Dios, reuniéndote regularmente cuando sea posible con Cristianos fervientes.

Como dije anteriormente, debes avanzar, avanzar y avanzar hacia el Señor Jesús constantemente. La hora de la tentación se acerca rápidamente; el periodo de tinieblas cuando ningún hombre podrá trabajar.

Dios tiene dones y un ministerio para ti; un papel que debes desempeñar en los días que vendrán. De esto estoy seguro.

¿Acaso vas a esperar a que llegue el momento dorado para ponerte a hacer la voluntad de tu Señor? Créeme, ese momento nunca llegará en el futuro. Es ahora. Ahora es el momento de considerarte muerto en Cristo y resucitado con Cristo. No existe ningún otro proceso que haga que crezcas en el conocimiento y la voluntad de Dios en Cristo.

¿Vas a esperar a que termine el verano? Nunca se terminará para ti. Siempre habrá un león en la calle. El Jordán siempre se estará desbordando.

Precisamente cuando estés listo para tomar el tiempo para buscar al Señor, aquí vienen los familiares a pasar un mes contigo. Tu jefe está reduciendo el personal de tu departamento y tienes el doble de trabajo. Tu hogar está al revés. La iglesia se ha separado. Tu empresa quiere transferirte. Te han ofrecido una posición más alta que te mantendrá fuera de la iglesia y de tu familia. La corporación ha triplicado tu trabajo pero sólo te quedan tres años para jubilarte.

Estás tan ocupado que estás enfermo.

¿Qué debes hacer? Vas a Dios y le dices que has decidido dejarte de tonterías. Que quieres presentar tu cuerpo como sacrificio vivo y hacer Su voluntad como lo describe la Biblia.

¿Crees que Dios te escuchará? ¿Crees que tu Padre celestial te ignorará? Te diré que Él te escuchará en el momento en que entre en tu mente traer tu novillo y matarlo. El que con Su sola Palabra creó los cuerpos incomprensibles de la materia en el espacio y el tiempo ha escuchado tu clamor. Este ha llegado ante Él. No existe poder en los cielos, ni en la tierra, ni en las oscuras regiones debajo de la superficie de la tierra que puedan siquiera interferir con que Su mano te alcance y que haga posible que tú vivas como un Cristiano debe vivir.

Él puede ayudarte y lo hará. ¡Clama a Él ahora mismo!

(“Presentando Tu Cuerpo Como Sacrificio Vivo”, 4319-1)

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