UNA FIEL ADMINISTRACION

Tomado de Es hora de una Reformación al Pensamiento Cristiano

Copyright © 2006 Trumpet Ministries, Inc. Todos los Derechos Reservados
Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional
Traducido por Carmen Alvarez


Los que son deudores al Señor, los que son Sus seguidores, nos están haciendo responsables (tal y como debemos estarlo) de decirles exactamente lo que Dios quiere que sepan. Sin embargo, ellos nos presionarán para disminuir las exigencias de Dios.

El ministro de Dios que cede a esta presión, que intenta adquirir seguridad buscando el favor de la gente, que interpreta mal su deuda hacia Dios, no es de ninguna utilidad en el Reino de Dios.


UNA FIEL ADMINISTRACION

La siguiente historia es sobre la fidelidad en la administración de las riquezas de este mundo, además de la presión que recae sobre nosotros para comprometer la verdad para proporcionarnos seguridad.

Jesús contó otra parábola a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un administrador a quien acusaron de derrochar sus bienes. Así que lo mandó a llamar y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque ya no puedes seguir en tu puesto.” El administrador reflexionó: “¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón está por quitarme el puesto? No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza pedir limosna. Tengo que asegurarme de que, cuando me echen de la administración, haya gente que me reciba en su casa. ¡Ya sé lo que voy a hacer!” “Llamó entonces a cada uno de los que le debían algo a su patrón. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?” “Cien barriles de aceite”, le contestó él. El administrador le dijo: “Toma tu factura, siéntate en seguida y escribe cincuenta.” Luego preguntó al segundo: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cien bultos de trigo”, contestó. El administrador le dijo: “Toma tu factura y escribe ochenta.” Pues bien, el patrón elogió al administrador de riquezas mundanas por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz. (Lucas 16:1-6—NVI)

El administrador injusto estaba encargado de la riqueza material de un hombre rico. Pero el administrador era flojo e incompetente. En lugar de trabajar diligentemente para asegurarse de que se hicieran inversiones sabias, de que el negocio se manejara para que las cuentas del dueño aumentaran de valor, el administrador estaba permitiendo que las riquezas se le escaparan de entre los dedos. No lograba ninguna ganancia. Las cuentas no se estaban pagando. La mercancía se estaba deteriorando.

Cuando el dueño descubrió el desperdicio y la incompetencia que estaba destruyendo su capital, llamó al administrador y le pidió un reporte de las diversas cuentas y el estado del negocio, notificándole que estaba despedido de su cargo como administrador en jefe de la empresa.

El administrador era un hombre importante en la ciudad. Había pasado tantos años viviendo lujosamente que no estaba en condición física para hacer trabajos manuales. Además, era demasiado orgulloso para considerar pedir limosna de aquellos que siempre habían estado abajo de su nivel social.

Él comenzó a idear una manera para ganar el favor de la gente con quienes había hecho negocios. Él esperaba que haciendo esto sería bienvenido a sus hogares cuando fuera despedido y cuando no tuviera ingreso ni lugar a donde ir.

Mandó llamar a todos aquellos a quienes le debían barriles de aceite o bultos de trigo a su jefe. Cuando llegaron, él sacó sus cuentas. Luego, les aconsejó que cambiaran la cantidad de sus cuentas para que debieran sólo una fracción de la cantidad real.

Cuando el dueño escuchó esto seguramente se puso furioso. Sin embargo, elogió al administrador por ser lo suficientemente astuto para velar por su futuro volviéndose amigo de los deudores.

Después de contar esta historia, esta parábola, el Señor Jesús dijo: “Por eso les digo que se valgan de las riquezas mundanas para ganar amigos, a fin de que cuando éstas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.”

Luego el Señor habló de nuestra necesidad de ser fieles “en el uso de las riquezas mundanas”, diciendo que si no lo éramos, las “riquezas verdaderas”, los tesoros espirituales del Reino de Dios, tampoco nos serían confiadas.

Jesús hizo hincapié en que debíamos ser fieles con las posesiones de otro hombre antes de tener cualquier expectativa de recibir nuestra propia herencia.

Después de eso, Jesús comentó que ningún sirviente puede servir a dos patrones. No podemos servir a Dios al mismo tiempo que al dinero.

Pensemos en cada una de las aplicaciones que el Señor hizo de esta parábola.

  • “Por eso les digo que se valgan de las riquezas mundanas para ganar amigos, a fin de que cuando éstas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.”
  • “El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho.”
  • Si no hemos sido honrados con la riqueza mundana, nadie nos confiará las verdaderas riquezas.
  • Si no hemos sido honrados con lo que le pertenece a alguien más, nadie nos dará nuestra propia herencia.
  • Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Escogerá a uno sobre el otro. Nosotros no podemos servir a Dios y a las riquezas materiales.

Quizá la clave para comprender esta historia, esta parábola, es lo que Jesús quiso decir con la frase “riquezas mundanas.”

El término no puede significar riqueza material porque la riqueza material no es mala en sí misma. Las “riquezas mundanas” debe referirse a todo el sistema del mundo, a toda la mercancía y el dinero en él, y a las personas que viven por y para el dinero.

El sistema del Anticristo fundamentalmente es un sistema de dinero, de comprar y vender. El “666” simboliza al hombre haciéndose Dios—el que se presente tres veces simboliza a Dios y el seis simboliza al hombre. La pena por no aceptar la “marca” de la Bestia es que uno no puede comprar ni vender (Apocalipsis 13:17, 18). El hombre se hace Dios por medio del dinero.

De todos los dioses de los Griegos y de los Romanos, al único Dios que Jesús mencionó fue el dinero. La riqueza material es el dios del sistema mundano del Anticristo. Tener la marca o el nombre de la Bestia es estar viviendo por el dinero en lugar de por fe en el Dios del Cielo.

Una de las elecciones más importantes que las personas deben hacer es confiar en Dios o confiar en el dinero. Es imposible servir a Dios y servir al dinero.

Como hemos mencionado, la riqueza material no es mala en sí misma. Abraham era un hombre justo además de un hombre rico.

Por lo tanto, el término “la riqueza mundana” no se está refiriendo a la riqueza material sino al sistema del mundo que vive por la riqueza material en lugar de por la fe en el Señor Dios. Los justos viven por la fe en el Señor. Las personas malas viven por la fe en el dinero. El asunto es, ¡Dios o el dinero!

En este caso el dinero era malo porque el administrador invitó a los deudores a falsificar sus facturas y ellos accedieron a hacerlo.

Como hemos señalado, el Señor Jesús hizo cinco aplicaciones de Su parábola. Quizá podamos resumir estas cinco aplicaciones como sigue:

Si somos flojos e incompetentes en nuestras responsabilidades, seremos sabios si nos hacemos amigos de la gente del mundo, para que cuando perdamos nuestra posición de poder ellos nos reciban como uno de ellos.

Las personas honradas son fieles en lo poco y en lo mucho, mientras que los malvados no son íntegros ni en lo poco ni en lo mucho.

Si no somos honrados en el negocio del sistema de este mundo no seremos honrados en el negocio del Reino de Dios. Dios observa nuestro comportamiento en el mundo para ver si somos fieles en las responsabilidades mundanas. Si lo somos, Él considerará confiarnos las riquezas eternas del Reino.

No se nos dará nuestra propia herencia si no hemos sido fieles en aquello que le pertenece a alguien más.

Es imposible servir a Dios y a la riqueza material. Viviremos por o dependeremos de uno o el otro.

Estos cinco principios operan en el mundo. Es para nuestro bien tomarlos en cuenta porque son leyes de ganancia y pérdida que Dios ha establecido.

Por supuesto que Jesús no estaba promoviendo que si somos flojos e incompetentes que debemos agregar la falsificación de cuentas a nuestros pecados. Él estaba haciendo notar que si no estamos dispuestos a aplicar la honradez y la diligencia necesarias para mantener una posición de responsabilidad, somos sabios en pensar en las consecuencias futuras de nuestra negligencia; ya que seguramente no podremos mantener nuestra posición en el mundo si somos flojos.

Pero existe otra aplicación de la parábola del mal administrador. Tiene que ver con el ministerio Cristiano.

Dios le da a cada Cristiano, especialmente a quienes Él llama para trabajar en el mundo, la responsabilidad de mantener el testimonio de la Persona, la voluntad, los caminos y el propósito eterno de Dios. Cada Cristiano apoya algún aspecto de la Palabra de Vida.

La Palabra de Vida pone una deuda, una obligación sobre cada persona en el mundo. Todos los hombres le deben amor, adoración y leal servicio a Dios. Todos los hombres tienen la obligación de buscar primero el Reino de Dios y Su justicia.

El administrador sabio y trabajador del Reino de Dios mantiene todas las cuentas en orden. Administra sus responsabilidades con fidelidad y Dios está con él y Dios provee todas sus necesidades.

Si el siervo de Dios se vuelve flojo y descuidado en su ministerio, Dios le recordará su responsabilidad ante Dios y el hombre. Si no se arrepiente y comienza a servir a Dios con fidelidad, la autoridad y el poder de Dios comenzarán a abandonarlo.

¿Qué hará? Ha sido una figura prominente en el reino Cristiano pero ahora está en peligro de perder su posición. No se siente competente como para ganarse la vida en el mundo y se avergonzaría de descender a una posición considerada más baja por la gente.

Él comienza a idear la manera de llegar a un arreglo.

Hace amigos en su congregación, con sus oyentes. Les dice que Dios es amor, que Dios no quiere que ellos sufran, que Dios desea que ellos sean ricos y que disfruten de todo placer y lujo en este mundo actual.

¿Cuál es su intención y motivación? Está buscado su paz. Está buscando el favor de la gente. Espera obtener seguridad volviéndose amigo de la gente. Esto lo logra diciéndoles que Dios no es tan exigente como piensan.

Esto es lo que está sucediendo en el Cristianismo hoy en día. En muchas casos, los líderes Cristianos están buscando el favor de la gente. Se detienen para decir lo que sienten que no agradará a la gente y les dicen lo que sí desean escuchar. Al hacer esto, ellos logran conseguir apoyo y encuentran, en cierta forma, seguridad económica.

Se ha puesto de moda, en círculos evangélicos, sacar encuestas entre la gente: “¿Qué tipo de servicio te gustaría? ¿Qué tipo de música disfrutas? ¿Te gustaría un servicio más corto o uno más largo? ¿Cómo deseas que sea el programa para jóvenes?”

Esto nos recuerda a, “Toma tu factura, siéntate en seguida y escribe cincuenta.” Tú dinos cuánto le debes a Dios y cómo debemos ministrarte el Evangelio.

Según el Señor Jesús, éstos “pastores” están conduciéndose con sabiduría. Dios los ha despedido de Su servicio porque no han sido fieles y honrados con Él. Al volverse amigos de la gente se están proveyendo de un hogar para sí mismos.

El espíritu de “llegar a un arreglo” abunda entre nosotros.

¿Cuántos ministros del Evangelio están dispuestos a tomarse el tiempo de buscar lo que Dios quiere que se diga, y luego decirlo exactamente como Dios se los dijo sin importar las opiniones y los deseos de sus oyentes?

Por el otro lado, ¿cuántos tienen cuidado de no decir ni hacer algo que pusiera en peligro la institución que ellos representan, ya sea una iglesia o una denominación?

No estamos promoviendo que se diga o haga algo insensible y tonto. Estamos señalando que la presión sobre el líder Cristiano de lograr su ingreso y una posición organizando un gran número de personas está logrando que el ministerio Cristiano comprometa la Palabra de Dios.

“Toma tu factura, siéntate en seguida y escribe cincuenta.”

Diles lo que ellos desean escuchar. No levantes polvo. Sé positivo. Evita lo negativo. Mantén a todos sonriendo.

No ofendas a nadie. Haz una buena impresión en la comunidad. Usa a celebridades para atraer a muchedumbres.

Todo esto, ya sea en una iglesia local o en las oficinas principales de una organización, es una abominación para Dios.

Aquí tienes la respuesta de Dios, “Adelante. Pon tu confianza en las riquezas mundanas, en la gente de este mundo que está obligada a Mí moralmente. Diles que su deuda es sólo la mitad de lo que realmente es. Eres sabio en volverte amigo de ellos porque pasarás la eternidad con ellos.”

“No Me sirves honestamente así que ya no tienes un lugar Conmigo. Necesitas lograr la amistad de alguien para que tengas un lugar a donde ir cuando los resultados de tu falta de integridad te dejen en la miseria.”

Todo hombre que es llamado por el Señor para Su servicio debe decidirse si está del lado del Señor o del lado del hombre. Debe decidir si va a confiar en el Señor para su sustento, para darle toda la seguridad, el placer y los logros que necesita y desea, o si confiará en su amigo el hombre para proveerle de estas cosas.

No hay zona intermedia aquí. En esta parábola, el Señor Jesús estaba haciendo notar la debilidad que hay en la zona intermedia. Sé honrado con tu patrón u obtén el favor de los deudores de tu patrón. Eres un tonto si no escoges una ruta o la otra.

Es hora de que los hombres y las mujeres de Dios den un paso hacia adelante—hombres y mujeres que están del lado del Señor. Siempre hay una relación adversa en el ministerio Cristiano. Los individuos a los que servimos son deudores a Dios. Ellos nos presionarán, quizá sin darse cuenta, esperando que disminuyamos las exigencias que Dios pone sobre ellos.

Creen que si logran que nosotros digamos que ellos son aceptables a Dios tal y como son que de alguna manera se volverá verdad; si nosotros modificamos su factura ellos realmente “deberán menos dinero”.

Los deudores al Señor nos están haciendo responsables (tal y como realmente debemos estarlo) de decirles precisamente lo que Dios quiere que sepan. Sin embargo, ellos nos presionarán para disminuir las exigencias de Dios.

El ministro de Dios que cede a esta presión, que intenta lograr seguridad buscando el favor de la gente, que representa mal su deuda a Dios, no es de ninguna utilidad en el Reino de Dios. Su vida no tiene significado. No tiene ninguna función. Hace bien en congraciarse con la gente porque sólo ellos serán su consuelo para toda la eternidad.

Bendito es el hombre o la mujer que está firme en el mundo como el oráculo de Dios. Sube a la montaña de oración y escucha lo que Dios está proclamando. Luego baja de la montaña y anuncia la Palabra del Señor—hasta la última frase.

El profeta no depende de personas para obtener seguridad, sino que sólo mira hacia Dios para satisfacer todas sus necesidades. Se consume con el deseo de complacer al Señor, de ser un sirviente honrado y fiel.

Él es un administrador honrado. Su mirada está enfocada. Todo su cuerpo está lleno de vida. Será alimentado en los días de escasez. Sus aguas están aseguradas. Será defendido de sus enemigos. Será elevado a lo alto en el día de las dificultades porque ha puesto su amor en el Señor.

Aquellos que confían en el hombre, que son protegidos por las cosas carnales, son maldecidos por el Señor. Aquellos que confían en el Señor son bendecidos por Él.

Cuando este mundo entre en caos por la calamidad, quienes confíen en el Señor se mantendrán firmes. El amor, el gozo y la paz serán su porción. Nada bueno les hará falta. Su semilla heredará la tierra. Ellos danzarán y cantarán con gozo. Ellos son como el Monte Sión que no puede ser movido sino que permanece para siempre.

Hermanos y hermanas, sirvamos al Señor con total honradez y fidelidad. Él nunca nos despedirá de Su servicio sino que proveerá para nosotros durante toda nuestra vida sobre la tierra, y luego nos recibirá en su gloria.

Más les vale a quienes son flojos y descuidados en servir al Señor que se hagan amigos de la gentes de este sistema mundano malo para que cuando sus fuerzas les fallen puedan ser recibidos en sus hogares eternos.

¡No existe zona intermedia!

(“Una Fiel Administracion”, 4146-1)

  • P.O. Box 1522 Escondido, CA 92033 US