GUIA DE ESTUDIO PARA EL LIBRO DE FILIPENSES
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Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional
El fruto de la justicia se produce en todo Cristiano verdadero. El hombre nuevo que ha vuelto a nacer y que está lleno de la Virtud de Cristo ama a Dios y a sus semejantes. Se comporta con justicia y rectitud porque es de Cristo y porque mora en Cristo.
Nosotros los Cristianos debemos revelar en nuestra conducta la naturaleza nueva que ha nacido en nosotros. Esta es la razón por la que Pablo estaba orando por los santos y responsables de Filipos.
Después de haber sido Cristianos por algún tiempo, la creación nueva que está siendo creada en nosotros comienza a gobernar la forma en que actuamos, en que hablamos y en que pensamos. La gente nota el cambio en nosotros. Cuando los hombres vean nuestras buenas obras, ellos glorificarán al Padre que está en el Cielo.
Los Cristianos deben tener una meta suprema-el conocimiento pleno de Cristo. Nosotros debemos vivir por Su Vida y compartir en Sus sufrimientos. Al hacer esto, obtenemos la primera resurrección de entre los muertos.
Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos. (Filipenses 3:10, 11)
Tabla de Contenido
PREGUNTAS
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
RESPUESTAS
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
GUÍA DE ESTUDIO PARA EL LIBRO DE FILIPENSES
PREGUNTAS
Capítulo Uno
1. ¿Qué consideraba Pablo que eran él y Timoteo?
2. ¿A quién le estaba escribiendo Pablo?
3. ¿Cuáles dos bendiciones Divinas les dio el Apóstol Pablo a los santos, a los obispos y a los diáconos?
4. ¿Qué le agradece Pablo a Dios?
5. ¿Por qué Pablo sentía tanta alegría al orar por los santos de Filipos?
6. ¿De qué estaba convencido Pablo?
7. ¿Por qué pensaba Pablo que él estaba bien en creer que Dios llevaría a término la obra de redención en los santos de Filipos?
8. ¿De qué era testigo Dios?
9. ¿Cuál era la oración de Pablo para los santos de Filipos?
10. ¿Qué cambio había ocurrido en las circunstancias de Pablo?
11. ¿Cuál fue el resultado de este cambio en las circunstancias de Pablo?
12. ¿Qué efecto tuvo sobre los Cristianos en Roma el hecho que Pablo estuviera confinado entre la guardia del palacio?
13. ¿Qué motivos hubo detrás de este aumento en la predicación de Cristo?
14. ¿Cuál era la actitud de quienes predicaban el Evangelio con buenas intenciones?
15. ¿Cuál era la actitud de quienes estaban predicando a Cristo por envidia y rivalidad?
16. ¿Cuál fue la respuesta de Pablo al hecho de que Cristo fuera predicado con motivos falsos al igual que con sinceridad?
17. ¿Por qué seguía alegrándose Pablo aunque algunos estaban proclamando a Cristo por motivos injustos?
18. ¿Cuál era la esencia de la vida de Pablo?
19. ¿Cómo consideraba Pablo la muerte física?
20. ¿Qué sería verdad si Pablo continuara viviendo un poco más en su cuerpo físico?
21. ¿Qué estaba Pablo debatiendo en su mente?
22. ¿De qué estaba convencido Pablo?
23. ¿Cómo debían comportarse los santos?
24. ¿Qué deseaba Pablo escuchar con respecto a ellos ya fuera que él estuviera con ellos o lejos de ellos?
25. ¿Cómo afectará a los enemigos del Evangelio la falta de temor en los santos de Filipos?
26. ¿Cómo afectará a su propia fe la falta de temor en los santos de Filipos?
27. ¿Qué le había concedido Dios a los santos de Filipos?
28. ¿Por qué estaban pasando los creyentes?
Capítulo Dos
1. ¿Cuáles, según Pablo, son las actitudes apropiadas que deben tener las personas Cristianas entre sí?
2. ¿Cómo podían los Filipenses hacer plena la alegría de Pablo?
3. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía evitarse?
4. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía adoptarse?
5. ¿Cómo debe cada santo considerar a su hermano o hermana?
6. ¿Por qué debe velar cada santo?
7. ¿Qué actitud debemos adoptar?
8. ¿En qué forma y con qué naturaleza siempre ha existido Cristo?
9. ¿Qué estaba Cristo dispuesto a hacer con respecto a Su equidad con Dios?
10. ¿Qué forma tomó el Divino Cristo para manifestarse sobre la tierra?
11. ¿De qué otra manera puso Cristo a un lado Su majestuosidad?
12. ¿Qué ha hecho el Padre en respuesta a que Jesús consintiera hacer a un lado Su gloria Divina y morir en la cruz?
13. ¿Qué es verdad del nombre de Jesucristo?
14. ¿Cómo respondieron los santos de Filipos mientras el Apóstol Pablo estaba con ellos?
15. ¿Qué les estaba Pablo pidiendo ahora?
16. ¿Qué estaba realmente sucediendo en la personalidad de los santos de Filipos?
17. ¿Cómo debe el santo hacer todas las cosas?
18. ¿Qué demostramos que somos cuando hacemos todas nuestras tareas sin quejas ni contiendas?
19. ¿Qué es verdad de nosotros cuando nos conducimos sin culpa en medio de una generación torcida y depravada?
20. ¿Qué se ve y escucha en nosotros cuando nos comportamos de manera sincera e intachable?
21. Si los santos de Filipos mantuvieran en alto o se aferraran a la Palabra de Cristo, ¿qué efecto tendría esto sobre el Apóstol Pablo?
22. ¿Cómo se consideraba Pablo a sí mismo?
23. ¿Cómo se sentía Pablo de que su vida fuera derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de la fe de los santos?
24. ¿Qué quería Pablo que los santos hicieran?
25. ¿Qué esperaba Pablo en el Señor Jesús?
26. ¿Por qué podía Pablo confiar en el reporte de Timoteo sobre la condición de los santos de Filipos?
27. ¿Cuál era la opinión de Pablo sobre la mayoría de los obreros Cristianos?
28. ¿Qué había demostrado ser Timoteo?
29. ¿Cuándo iba Pablo a enviar a Timoteo a Filipos?
30. ¿Qué confiaba Pablo en el Señor?
31. ¿Qué pensó Pablo que era necesario hacer?
32. ¿Cómo consideraba el Apóstol Pablo a Epafrodito?
33. ¿Cómo se estaba sintiendo Epafrodito?
34. ¿Qué tan enfermo estuvo realmente Epafrodito?
35. ¿Cómo vio Pablo la recuperación de Epafrodito?
36. ¿Por qué tenía Pablo prisa en enviar a Epafrodito de regreso a sus amigos de Filipos?
37. ¿Cómo debían los santos de Filipos recibir a Epafrodito a su regreso?
38. ¿Qué actitud debía tomar la iglesia hacia Epafrodito?
39. ¿Cómo demostró Epafrodito su carácter y su amor por Cristo?
Capítulo Tres
1. ¿Cuál fue la exhortación general a los santos y responsables de Filipos?
2. ¿Cómo se sentía Pablo sobre las exhortaciones que les había escrito a los santos de Filipos, y sin duda a los santos de las otras iglesias?
3. ¿De qué tipo de personas deben cuidarse los santos?
4. ¿Quiénes son la circuncisión verdadera?
5. ¿De qué maneras tenía Pablo la delantera en comparación con la mayoría de los hombres para tener confianza en los esfuerzos humanos?
6. ¿Cómo consideraba Pablo el mérito que había obtenido de su descendencia Hebrea y de sus obras religiosas?
7. ¿Cómo consideraba Pablo todo lo que pudiera obtener en el mundo, incluyendo la justicia y aprobación otorgada por las obras de la Ley de Moisés?
8. ¿Qué era verdad sobre los logros de Pablo en el mundo?
9. ¿Cuál era la opinión de Pablo con respecto a todas las cosas que él había perdido para ganar a Cristo?
10. ¿En qué condición deseaba Pablo ser encontrado?
11. ¿Cuál era la meta suprema de la vida de Pablo?
12. ¿Qué condición buscaba Pablo alcanzar (avanzar a; arribar a)?
13. ¿Había Pablo en este momento (62 D.C. justo antes de su primera aparición en la corte) ya alcanzado la “resurrección-hacia-afuera”?
14. ¿Cuál era la actitud de Pablo en espíritu y en mente mientras estaba preso en el cuartel esperando su primer juicio?
15. ¿Qué debe ser verdad de cada miembro del Cuerpo de Cristo que ha madurado en su andar con Cristo?
16. ¿Qué le sucederá a cada santo que tenga una actitud diferente a la anterior?
17. Mientras no lleguemos a la meta, ¿cómo debemos seguir viviendo?
18. ¿Quién servirá de ejemplo y como modelo para los santos de Filipos?
19. ¿Qué es verdad de tantos que se dicen llamar Cristianos y maestros Cristianos?
20. ¿Cuál es el destino de aquellos que se comportan como los enemigos de la cruz de Cristo?
21. ¿Qué dios adoran los que se comportan como enemigos de la cruz de Cristo?
22. ¿De qué se enorgullecen los que son enemigos de la cruz?
23. ¿En qué es lo único que piensan?
24. ¿Cuál es la ciudadanía del santo verdadero de Cristo?
25. ¿Qué es lo que el santo verdadero anhela?
26. ¿Qué hará el Salvador por nosotros cuando Él regrese?
27. ¿Cómo transformará Cristo nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso?
Capítulo Cuatro
1. ¿Qué sentía Pablo por los santos de Filipos?
2. ¿Cómo quería Pablo que se mantuvieran los santos?
3. ¿Qué le pedía Pablo a Evodia y a Síntique?
4. ¿Quién era el fiel compañero a quien Pablo se estaba dirigiendo en el versículo 3?
5. ¿Qué le pidió Pablo que hiciera a este fiel compañero?
6. ¿Quién más le había ayudado a Pablo en su obra?
7. ¿Cuál fue la exhortación de Pablo, ahora que estaba encarcelado, a los santos y responsables de Filipos?
8. ¿Qué espíritu debían mostrar los santos hacia los demás?
9. ¿Qué conocimiento debe guiar cada acción, cada palabra y cada pensamiento del santo?
10. ¿Cuál debe ser la actitud del santo con respecto a las relaciones, los eventos, las circunstancias y las cosas del mundo?
11. ¿Qué debemos hacer con respecto a nuestras necesidades y a nuestros deseos?
12. ¿Qué es verdad sobre la paz que viene a nosotros de Dios?
13. ¿Qué hace la paz Divina por nosotros?
14. ¿Qué asuntos debe la mente del santo considerar bien?
15. ¿Qué debían hacer los santos de Filipos?
16. ¿Cuál sería su recompensa si ellos imitaran el comportamiento del Apóstol Pablo?
17. ¿De qué se alegraba muchísimo en el Señor Pablo?
18. ¿Acaso Pablo les estaba diciendo a los Filipenses que estaba necesitado y que requería de su ayuda económica?
19. ¿Qué había aprendido Pablo en Cristo?
20. ¿Quién le estaba dando a Pablo sabiduría y fortaleza, paz y gozo, en todo momento y en todo lugar?
21. ¿Qué dice Pablo acerca de la ayuda económica que le enviaron con Epafrodito?
22. Los Cristianos de Filipos ¿cuándo le ayudaron a Pablo con apoyo económico?
23. ¿Pablo deseaba recibir ofrendas de los santos de Filipos?
24. ¿Qué deseaba?
25. ¿Cómo consideraba Pablo su condición en ese momento?
26. ¿Cómo responderá Dios a quienes hayan enviado dinero a Pablo?
27. El Apóstol Pablo ¿a quién le da la gloria por los siglos de los siglos?
28. ¿Cómo termina Pablo su carta a los santos, obispos y diáconos de Filipos en Macedonia?
RESPUESTAS
Capítulo Uno.
1. ¿Qué consideraba Pablo que eran él y Timoteo?
Siervos de Cristo Jesús.
2. ¿A quién le estaba escribiendo Pablo?
A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los obispos y diáconos.
3. ¿Cuáles dos bendiciones Divinas les dio el Apóstol Pablo a los santos, a los obispos y a los diáconos?
Gracia y paz del Padre y del Señor Jesucristo.
La gracia es el favor y la bendición de Dios que se le da a un individuo para que toda su vida sea tocada con justicia, santidad, protección, provisión, plenitud de gozo y misericordia Divinas. En el sentido más pleno, la gracia es la Presencia de Dios a través de Cristo.
La paz es la ausencia de peleas y de temor y la presencia de seguridad y de comodidad Divinas, de pastos verdes y de aguas tranquilas.
4. ¿Qué le agradece Pablo a Dios?
Agradece cada vez que se acuerda de los santos de Macedonia-recuerdos llenos de cariño y de confianza.
Epafrodito, un miembro de la iglesia Filipense, había ido a Roma a ver a Pablo para darle una ofrenda de parte de la iglesia-ésta era la cuarta contribución que éstos santos habían hecho para el sustento de Pablo. Epafrodito enfermó mientras estuvo en Roma. Cuando se recuperó, Pablo lo mandó de regreso a Filipos con esta carta.
Pablo y Timoteo habían fundado la iglesia Filipense en el norte de Grecia aproximadamente en el año 51 D.C.
5. ¿Por qué Pablo sentía tanta alegría al orar por los santos de Filipos?
Por su participación en el Evangelio desde el primer día que lo escucharon.
Ellos estaban apoyando a Pablo económicamente. Ellos habían sufrido persecución debido a las predicaciones de Pablo (Hechos 16:12-40; 1 Tesalonicenses 2:2). Aparentemente, los santos de Filipos estaban bien fundados en su doctrina y en su práctica. En esta Epístola no vemos las advertencias ni los regaños que se encuentran, por ejemplo, en Gálatas, en Primera de Corintios y en Romanos.
6. ¿De qué estaba convencido Pablo?
De que Dios, quien había comenzado tan buena obra de redención en ellos, terminaría y perfeccionaría esa obra hasta el Día de Cristo.
7. ¿Por qué pensaba Pablo que él estaba bien en creer que Dios llevaría a término la obra de redención en los santos de Filipos?
Porque ellos estaban en el corazón de Pablo, y Pablo estaba en los corazones de ellos. Ellos estaban ayudando económicamente a Pablo, se estaban identificando con él ahora que estaba encarcelado, y además, estaban defendiendo y confirmando el Evangelio. Ellos estaban compartiendo con Pablo la gracia Divina que le había sido dada.
8. ¿De qué era testigo Dios?
Del amor de Cristo que Pablo sentía por los santos de Filipos.
Sólo alguien que ha sido llenado con amor por otras personas puede comprender lo que Pablo estaba diciendo en el versículo ocho. La mayoría de los Cristianos tiene muchas oportunidades para dar testimonio de Cristo durante el transcurso de sus vidas. Parece ser que algunos Cristianos reciben un amor misionero por alguna raza, nación o grupo de personas. Es el amor de Cristo que está siendo expresado hacia el grupo de personas en particular.
El amor misionero es una de las fuerzas más poderosas que puede morar en el corazón humano. El Cristiano que es bendecido con el amor de Cristo hacia otras personas está más que dispuesto a ceder su vida por la gente hacia la que siente atracción. Él está listo para ser hecho pedacitos y ser sembrado en sus corazones para que el amor consumidor de Cristo pueda encontrar su expresión plena y pueda hacer su obra de transformación.
9. ¿Cuál era la oración de Pablo para los santos de Filipos?
Que su amor abundara cada vez más en conocimiento y en buen juicio; que pudieran discernir lo que es mejor; que fueran puros e irreprochables para el Día de Cristo; que fueran llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, cuya justicia es para gloria y alabanza de Dios Padre.
El fruto de justicia se produce en todo Cristiano verdadero. El hombre nuevo que ha vuelto a nacer y que está lleno de la Virtud de Cristo ama a Dios y ama a sus semejantes. Se comporta con justicia porque es de Cristo y porque mora en Cristo.
Nosotros los Cristianos no siempre mostramos en nuestra conducta la naturaleza nueva que ha nacido en nosotros. Esta es la razón por la que Pablo estaba orando por los santos y responsables de Filipos.
Un árbol no produce fruto el día que es plantado. Después de haber sido Cristianos por algún tiempo, la creación nueva que está siendo creada en nosotros comienza a gobernar la forma en que actuamos, en que hablamos y en que pensamos. La gente nota el cambio en nosotros. Cuando los hombres vean nuestras obras buenas, ellos glorificarán al Padre que está en el Cielo.
10. ¿Qué cambio había ocurrido en las circunstancias de Pablo?
Había sido transferido de su propia casa alquilada en Roma, donde había sido encadenado a un soldado, al cuartel de la Guardia Pretoriana que estaba adjunto al palacio del Cesar en Roma. Pablo había estado bajo custodia durante dos años (61-63 D.C.) y era hora de que se presentara ante Nerón.
11. ¿Cuál fue el resultado de este cambio en las circunstancias de Pablo?
El avance del Evangelio.
Esto es verdad de todas nuestras experiencias en Cristo. Si le permitimos al Señor que dirija nuestros senderos, encomendándole nuestros caminos y tomándolo en cuanta, todas las cosas que nos sucedan resultarán en la construcción del Reino de Dios.
Verdaderamente, Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, para los que han sido llamados de acuerdo con Sus propósitos.
Como resultado de que Pablo fuera transferido, los miembros de la Guardia Imperial ahora sabían que Pablo había sido encarcelado por el Evangelio. Parece ser que toda Roma sabía sobre Pablo y sobre su mensaje.
12. ¿Qué efecto tuvo sobre los Cristianos en Roma el hecho que Pablo estuviera confinado entre la guardia del palacio?
Las cadenas de Pablo les dio el valor para anunciar sin temor la Palabra de Dios.
La historia de la iglesia Cristiana nos muestra que cuando un obrero Cristiano, como un misionero, por ejemplo, es torturado y asesinado, algunos otros creyentes que quizá no hayan sido tan fervientes o que no hayan sido movidos anteriormente, ahora “reviven” y avanzan para tomar el lugar del que fue invitado a sufrir por Cristo y por el Evangelio.
13. ¿Qué motivos hubo detrás de este aumento en la predicación de Cristo?
Algunos predicaron por envidia y rivalidad, otros predicaron con buenas intenciones por su amor a Pablo que estaba encarcelado en Roma defendiendo el Evangelio.
14. ¿Cuál era la actitud de quienes predicaban el Evangelio con buenas intenciones?
Ellos amaban a Pablo, y lo estaban apoyando, sabiendo que Cristo había escogido a Pablo para defender el Evangelio.
15. ¿Cuál era la actitud de quienes estaban predicando a Cristo por envidia y rivalidad?
Aparentemente, ellos odiaban a Pablo e intentaban lastimarlo.
Ellos eran contenciosos, predicando el Evangelio por motivos equivocados. Algunos eruditos creen que eran maestros Judíos celosos de la popularidad de Pablo como maestro y que intentaban lograr preeminencia sobre él en la enseñanza del Reino de Dios aprovechando que Pablo estaba bajo custodia.
Otros eruditos son de la opinión que los enemigos de Pablo proclamaban el Evangelio con la intención de que el gobierno Romano notara a Pablo. Tenían la esperanza de que los oficiales se desharían de este hombre cuyo mensaje podía considerarse como perjudicial para el gobierno.
Es fácil para el discípulo Cristiano comprender que la tribulación que estaba cayendo sobre el Apóstol Pablo inspirara y diera valor a otros santos para que levantaran el estandarte de Cristo y marcharan hacia adelante con valentía renovada.
Es difícil para nosotros concebir que hombres se aprovecharan de esta oportunidad para conseguir sobresalir más que Pablo como maestros exitosos, o, peor aún, proclamar el Evangelio de Cristo para que Pablo fuera perseguido por los Romanos.
Sin embargo, es cierto que este tipo de maldad ha girado alrededor de la predicación del Evangelio del Reino de Dios-y continúa hasta este día. Nosotros los Cristianos, sin embargo, mientras que reconocemos estos hechos de la vida, debemos mantenernos tan libres de la malicia y la amargura como los niños. No debemos preocuparnos en lo más mínimo por los que están practicando la maldad o lastimándonos de alguna manera-intencionalmente o no. Debemos mantener nuestra vista sobre el Señor Jesús, alabándolo y dándole gracias a Dios continuamente.
16. ¿Cuál fue la respuesta de Pablo al hecho de que Cristo fuera predicado con motivos falsos al igual que con sinceridad?
Pablo seguía alegrándose porque Cristo estaba siendo predicado.
17. ¿Por qué seguía alegrándose Pablo aunque algunos estaban proclamando a Cristo por motivos injustos?
Porque él sabía que la proclamación del Evangelio de Cristo resultaría en su salvación, mientras los santos Filipenses siguieran orando por él y siguiera recibiendo ayuda del Espíritu de Jesucristo.
Quizá Pablo quería decir que mientras Cristo fuera proclamado, ya fuera por hombres de buena voluntad o por hombres con malas intenciones, la comisión de Pablo como apóstol sería lograda. Las oraciones de los santos de Filipos, y la provisión abundante del Espíritu de Cristo, aseguraría que todo lo que pasara se volvería para bien del Reino de Dios, y que Pablo sería liberado de cualquier daño y finalmente podría estar en la Gloria ante el Hijo del Hombre.
La meta de Pablo era que Cristo fuera magnificado y exaltado en su cuerpo, ya fuera por su vida o por su muerte. Pablo se estaba esforzando por ganar la corona de justicia. Más adelante en esta Epístola encontramos que él estaba decidido a conocer a Cristo completamente, experimentando el poder de Su resurrección y compartiendo en Sus sufrimientos, logrando con esto la resurrección-hacia-afuera de entre los muertos.
Pablo esperaba y anhelaba ardientemente no ser avergonzado en nada sino seguir exaltando a Cristo con toda libertad en su cuerpo físico.
18. ¿Cuál era la esencia de la vida de Pablo?
La vida de Pablo era Cristo. “Pablo” se había crucificado con Cristo y Cristo estaba viviendo en la personalidad de Pablo. Esto nos recuerda el hecho que el Padre estaba morando en la personalidad de Cristo.
La relación del santo con Cristo es la misma que la relación de Cristo con el Padre.
El Padre envió a Cristo al mundo. Cristo bajó del Cielo, no para hacer Su propia voluntad sino para hacer la voluntad del Padre. El Padre estaba morando en Cristo. Las palabras y obras de Jesús eran las palabras y obras del Padre.
Cristo ha enviado a los santos al mundo. Nosotros continuamos en ese amor del Padre y del Hijo. No debemos buscar nuestra propia voluntad sino que debemos hacer la voluntad de Cristo. El Señor Jesús está morando en los discípulos. Conforme estamos dispuestos a ser cambiados a la muerte de Cristo comenzará a ser verdad sobre nosotros a un grado continuamente en aumento que nuestras palabras y acciones no serán las nuestras sino que procederán de Aquel que fue enviado al mundo.
19. ¿Cómo consideraba Pablo la muerte física?
Como ganancia.
Para todo discípulo que está portando su cruz, la muerte física es ganancia. Sólo el individuo que no es salvo o el Cristiano carnal se aferra a la vida en el mundo. El santo verdadero aguanta con paciencia las tribulaciones que le llegan en el mundo para lograr una mejor resurrección. Él considera la muerte física como ser liberado del dolor que ocasiona el mundo actual y como ser promovido al gozo y a la gloria que puede contemplar sólo oscuramente en este momento.
Como hemos dicho, Pablo había sido transferido de su propia casa alquilada (Hechos 28:30) a ser custodiado más de cerca en el cuartel de la Guardia Pretoriana que estaba adjunto al palacio de Nerón. Este no era un medio ambiente agradable para el Apóstol. Todo lo que veía y escuchaba durante el día era el comportamiento vulgar de los soldados Romanos. Además, la vida de Pablo estaba constantemente en peligro debido al aumento de maldad y de intriga en la corte de Nerón.
Anteriormente en su vida, Pablo había sido llevado al Tercer Cielo, al Paraíso. Pero ahora, él estaba viviendo entre hombres militares. No hay duda de que había mucha blasfemia, de que veía mucha conducta obscena. Para un hombre de oración y santidad este ambiente ciertamente sería una cruz que soportar, especialmente para alguien criado como Judío ortodoxo.
Podemos estar seguros de que Pablo ansiaba dejar los cuarteles Pretorianos impíos y pasar a estar en la Presencia de Jesús, de los santos de todas las épocas que ya se habían ido antes que él, de los parientes y amigos ya fallecidos de Pablo, y de los ángeles electos. El reino espiritual es un lugar de deleite y gozo según los santos que han tenido visiones del Cielo.
Lo sorprendente del Cristianismo es que nosotros los Cristianos no tenemos un anhelo mayor que ir a nuestro hogar con Jesús. Es verdad para cada discípulo fervoroso que el morir es ganancia. En algunos casos el Señor Jesús debe volver nuestras circunstancias muy dolorosas antes de que deseemos estar ausentes del cuerpo y en nuestro hogar con Jesús.
20. ¿Qué sería verdad si Pablo continuara viviendo un poco más en su cuerpo físico?
Él podría continuar trabajando fructíferamente en el Reino de Dios.
21. ¿Qué estaba Pablo debatiendo en su mente?
Si fuese mejor que él se fuera a vivir con Jesús o que permaneciera en su cuerpo para ministrar a las necesidades de la gente Cristiana.
Podemos comprender las presiones que estaban sobre Pablo en estos momentos. Partir y estar con Jesús significaría un gran gozo y deleite en abundancia en el reino espiritual. Pero existían pocos-si es que alguno-seres humanos viviendo sobre la tierra que pudieran impartir a las iglesias la sabiduría, la fuerza, el valor, la determinación, la inspiración, y el ejemplo que Pablo podía dar por la gracia del Señor.
Así que este Judío aguantador y fiel despertaba cada mañana al encarcelamiento desagradable en el cuartel militar soportando en su espíritu el peso de todas las iglesias de Cristo. A Pablo todavía le quedaban algunos años más antes de que pudiera escribirle a Timoteo que su carrera había terminado y que la corona de justicia le pertenecía.
Una gracia maravillosa le ha llegado al Cuerpo de Cristo debido a los años que le quedaron a Pablo estando aprisionado en su cuerpo físico. Además, la personalidad misma de Pablo logró mayor madurez y estar mejor preparada para pasar a la Presencia de la infinitamente pura, del infinitamente gentil Jesús.
22. ¿De qué estaba convencido Pablo?
De que era más necesario que él viviera un poco más en su cuerpo para que se lograran las necesidades espirituales de los santos de Filipos y de otras partes.
Estando convencido de esto, Pablo sabía que seguiría viviendo sobre la tierra para promover el crecimiento en Cristo de los santos y el gozo en su creencia.
Podemos estar agradecidos que Pablo haya vivido otros cinco o seis años. Después de la Epístola a los santos de Filipos, Pablo escribió Colosenses, Filemón, Efesios, 1 de Timoteo y 2 de Timoteo. Al Cuerpo de Cristo se le hubiera negado mucho crecimiento y gozo si a Pablo se le hubiera permitido ir a la Gloria después de haber escrito a los Filipenses.
Pablo tenía un deseo comprensible de ser liberado de su encarcelamiento en el cuartel militar para nuevamente visitar a sus amigos de Filipos. Él confiaba que su presencia entre ellos les daría gran satisfacción en Cristo.
23. ¿Cómo debían comportarse los santos?
Como personas dignas del Evangelio de Cristo.
24. ¿Qué deseaba Pablo escuchar con respecto a ellos ya fuera que él estuviera con ellos o lejos de ellos?
Que seguían firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del Evangelio, y sin temor alguno a sus adversarios.
25. ¿Cómo afectará a los enemigos del Evangelio la falta de temor en los santos de Filipos?
Será una señal para los enemigos de su (de los enemigos) próxima destrucción.
26. ¿Cómo afectará a su propia fe la falta de temor en los santos de Filipos?
Será evidencia y señal de su salvación, que vendrá de la mano de Dios.
27. ¿Qué le había concedido Dios a los santos de Filipos?
El privilegio de no sólo creer en Cristo sino también de sufrir por Él.
28. ¿Por qué estaban pasando los creyentes?
Estaban sosteniendo la misma lucha, la misma batalla, que antes vieron a Pablo sostener cuando él fue a verlos por primera vez, y que, como habían escuchado recientemente, seguía sosteniendo.
En los días en que estamos viviendo ahora se ha infiltrado en el Evangelio de Cristo una decepción sutil, amadora del placer y agradable al oído que está dejando a los creyentes sin preparación para las tribulaciones que se aproximan. El temor de Dios ha sido quitado de las iglesias. Existe un espíritu de seguridad que no proviene de Dios. Las Escrituras nos advierten que trabajemos en nuestra propia salvación con temor y temblor.
La gracia Divina se está usando como un pretexto para el comportamiento pecaminoso. Se tiene la imagen de que Dios es un caballero amable que hace el bien pero que no hace ningún daño. Esta confianza en demasía parece ser una de las armas principales de Satanás para los últimos días. Los “santos”, en muchos casos, se están quedando dormidos en el regazo de las lujurias materiales.
El verdadero discipulado de Cristo es una lucha prolongada. No es un camino fácil. Para poseer nuestras almas y vencer a Satanás y al mundo se requiere de la gracia de Dios y de resistir pacientemente hasta el día en que fallezcamos o hasta que el Señor regrese. El Cristiano pasa por muchas tribulaciones. Dios nos libera de toda aflicción siempre y cuando sigamos perseverando en Su voluntad cada día.
Existen algunas interrupciones en la lucha. Somos soldados en la guerra más violenta. Dios le da la gracia y la gloria a quienes se mantienen fiel al Señor Cristo Jesús.
Debemos servir a Cristo, haciendo a un lado nuestras vidas por Él y por el Evangelio. En la era que vendrá seremos recompensados por haber puesto a un lado hoy nuestros propios deseos y comodidades. Esta es la verdadera vida Cristiana. La adaptación actual frívola del Evangelio antiguo y apostólico es una forma de decepción-una amenaza mucho más seria para nuestra salvación que la persecución y oposición directa por hombres malos que están declarando abiertamente su intención de destruirnos.
El término Israel significa “él lucha con Dios”.
Capítulo Dos.
1. ¿Cuáles, según Pablo, son las actitudes apropiadas que deben tener las personas Cristianas entre sí?
Un estímulo en su unión con Cristo, un consuelo en su amor mutuo, un compañerismo debido a que todos comparten al mismo Espíritu Santo de Dios, un afecto entrañable, y simpatía de unos hacia otros.
2. ¿Cómo podían los Filipenses hacer plena la alegría de Pablo?
Teniendo un mismo parecer, viviendo juntos en amor, unidos en alma y pensamiento.
3. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía evitarse?
Egoísmo, ambición personal, vanidad, orgullo.
4. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía adoptarse?
Humildad de pensamiento, modestia.
5. ¿Cómo debe cada santo considerar a su hermano o hermana?
Como superiores a sí mismo.
6. ¿Por qué debe velar cada santo?
No sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.
7. ¿Qué actitud debemos adoptar?
La actitud de Cristo.
8. ¿En qué forma y con qué naturaleza siempre ha existido Cristo?
Como el Señor Dios del Cielo.
9. ¿Qué estaba Cristo dispuesto a hacer con respecto a Su equidad con Dios?
Cristo estaba dispuesto a ceder Su gloria, sin aferrarse ni retenerla a la fuerza. Él hizo a un lado Su majestuosidad Divina. Se rebajó voluntariamente a tomar la forma y la naturaleza de siervo.
10. ¿Qué forma tomó el Divino Cristo para manifestarse sobre la tierra?
Se manifestó como hombre.
11. ¿De qué otra manera puso Cristo a un lado Su majestuosidad?
Se humilló a Sí mismo y se hizo obediente a Dios hasta morir como criminal en una cruz.
12. ¿Qué ha hecho el Padre en respuesta a que Jesús consintiera hacer a un lado Su gloria Divina y morir en la cruz?
Dios exaltó a Jesús hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.
13. ¿Qué es verdad del nombre de Jesucristo?
Ante este nombre, toda criatura en el Cielo, en la tierra y debajo de la tierra doblará su rodilla en reverencia, en obediencia. Toda criatura de Dios confesará con su boca que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
14. ¿Cómo respondieron los santos de Filipos mientras el Apóstol Pablo estaba con ellos?
Lo obedecieron como embajador de Cristo.
15. ¿Qué les estaba Pablo pidiendo ahora?
Que en su ausencia ellos fueran aun más fervorosos para seguir su ejemplo y sus advertencias, llevando a cabo su salvación con temor y temblor.
16. ¿Qué estaba realmente sucediendo en la personalidad de los santos de Filipos?
El poder de Dios estaba obrando en ellos, produciendo en ellos tanto el querer como el hacer para que se cumpliera Su buena voluntad.
17. ¿Cómo debe el santo hacer todas las cosas?
Sin quejas, ni contiendas, ni discusiones, ni interrogatorios, ni razonamientos, ni críticas, ni descontentos.
18. ¿Qué demostramos que somos cuando hacemos todas nuestras tareas sin quejas ni contiendas?
Intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada.
19. ¿Qué es verdad de nosotros cuando nos conducimos sin culpa en medio de una generación torcida y depravada?
Brillamos como estrellas en el firmamento.
Cuando los hombres vean nuestras obras buenas, ellos glorificarán a nuestro Padre que está en el Cielo. Ellos comprenderán que nosotros somos Sus hijos, y que estamos haciendo las obras del Padre.
20. ¿Qué se ve y escucha en nosotros cuando nos comportamos de manera sincera e intachable?
La Palabra de Vida, la Palabra de Cristo.
21. Si los santos de Filipos mantuvieran en alto o se aferraran a la Palabra de Cristo, ¿qué efecto tendría esto sobre el Apóstol Pablo?
En el Día de Cristo, Pablo se sentiría satisfecho de no haber corrido en vano su carrera de discipulado, ni de haber trabajado en vano entre los Filipenses.
22. ¿Cómo se consideraba Pablo a sí mismo?
Como libación derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de la fe que los santos de Filipos estaban ofreciendo a Dios.
Éste (el cordero sacrificado diariamente) es el holocausto diario, instituido en el monte Sinaí como ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al SEÑOR. Con cada cordero ofrecerás un litro de vino, como ofrenda de libación, la cual derramarás en el santuario en honor del SEÑOR. (Números 28:6, 7-NVI)
23. ¿Cómo se sentía Pablo de que su vida fuera derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de la fe de los santos?
Se alegraba y compartía con ellos su alegría.
24. ¿Qué quería Pablo que los santos hicieran?
Que se alegraran y compartieran su alegría con él.
25. ¿Qué esperaba Pablo en el Señor Jesús?
Poder enviarles pronto a Timoteo para que Pablo también pudiera cobrar ánimos al recibir noticias sobre la iglesia de Filipos.
26. ¿Por qué podía Pablo confiar en el reporte de Timoteo sobre la condición de los santos de Filipos?
Porque Pablo consideraba que Timoteo era alguien tan dedicado y sincero como él mismo con respecto a la obra del Evangelio de Cristo. Pablo no tenía a nadie más que, como él, se preocupara de verdad por el bienestar espiritual de los santos con una preocupación paternal igual a la suya.
27. ¿Cuál era la opinión de Pablo sobre la mayoría de los obreros Cristianos?
Ellos buscaban sus propios intereses, sus propias metas y no las de Jesucristo.
Quizá sea cierto que la mayoría de las obras Cristianas durante los tiempos pasados han procedido sin la cruz, sin la dirección de Cristo, sin la guía del Espíritu Santo. Quizá esto parezca ser una acusación demasiado generalizada pero es lo que Pablo estaba diciendo.
Las barreras por denominación existen, no porque Cristo esté poniendo a un santo en contra de otro sino porque los hombres están buscando la fructificación y el dominio sin la unión con Cristo. No es posible que la única Cabeza, Cristo, incite a una parte de Su Cuerpo a que aleje a los miembros de otra parte de Su Cuerpo. Por esto, sabemos que muchos líderes Cristianos están viviendo y sirviendo según sus propias ambiciones carnales.
La cruz reconcilia a todos los creyentes. La cruz hace que dependamos del poder de Cristo. La cruz quita al rey “Yo” del trono de nuestro corazón y establece en su lugar al Rey Jesús.
No hay duda de que durante la oscuridad espiritual que aun ahora está llenando la tierra, los creyentes en Cristo serán divididos en dos campamentos: aquellos que están llenos de Cristo, y aquellos que dicen ser Cristianos pero que no están llenos con Su Vida. En cuanto esta separación y su fruto hayan llegado a la madurez, entonces regresará el Señor Jesús.
Entonces, la “sinagoga de Satanás” comprenderá que Cristo ama a los que son Sus santos verdaderos y que, además, portan su cruz. Entonces, los justos brillarán en el Reino de su Padre.
28. ¿Qué había demostrado ser Timoteo?
Un verdadero hijo de Pablo quien con amor y fidelidad servía con su “padre” en el Evangelio de Cristo.
29. ¿Cuándo iba Pablo a enviar a Timoteo a Filipos?
Tan pronto como Pablo supiera lo que Nerón o sus subordinados iban a hacer con él, cuando supiera la fecha de su juicio y su resultado.
A veces es bueno para nosotros recordar las dolorosas condiciones bajo las que Pablo escribió muchas de las Epístolas.
30. ¿Qué confiaba Pablo en el Señor?
Que él mismo iría pronto a visitar a los santos y responsables de Filipos.
31. ¿Qué pensó Pablo que era necesario hacer?
Enviar a Epafrodito de regreso a su casa en Filipos.
Epafrodito era un miembro de la iglesia de Filipos que había sido enviado por la iglesia para llevarle a Pablo dinero para su sustento-la cuarta ofrenda de este tipo. Epafrodito enfermó mientras estuvo en Roma. La noticia de su enfermedad causó pesar y ansiedad entre sus amigos Filipenses. Cuando se recuperó, él deseaba regresar a Filipos, así que Pablo lo envió de vuelta, con esta carta dirigida a los santos y responsables de allá.
32. ¿Cómo consideraba el Apóstol Pablo a Epafrodito?
Como un hermano, un colaborador y compañero de lucha-la persona enviada por la iglesia de Filipos para atender a las necesidades de Pablo.
33. ¿Cómo se estaba sintiendo Epafrodito?
Él extrañaba mucho a sus amigos de Filipos y estaba afligido porque ellos se habían enterado de que estaba muy enfermo.
34. ¿Qué tan enfermo estuvo realmente Epafrodito?
Al borde de la muerte.
35. ¿Cómo vio Pablo la recuperación de Epafrodito?
Como que Dios se compadeció de Epafrodito, y también de Pablo para no añadir tristeza a la tristeza que ya tenía.
36. ¿Por qué tenía Pablo prisa en enviar a Epafrodito de regreso a sus amigos de Filipos?
Para que Pablo pudiera despreocuparse de la ansiedad que los Filipenses tenían sobre el bienestar de Epafrodito.
Observa la actitud de Pablo hacia la sanidad Divina. Hoy en día, algunas de las personas que están enseñando sanidad Divina son muy entusiastas. Ellos nos quieren hacer creer que si alguien no es sanado es la culpa del individuo enfermo y también de los que oran por él. La sanidad Divina se ha vuelto una magia y obligación religiosa en lugar de una señal de la validez del Evangelio o de una bendición que frecuentemente acompaña nuestro crecimiento en el Señor.
Las Escrituras no apoyan el punto de vista de que si alguien no es sanado inmediatamente es porque esa persona, o nosotros, no está haciendo la voluntad de Dios. Debemos aprender a ser pacientes con Dios y permitirle trabajar con nosotros. Nosotros no podemos hacer que haya sanidad a fuerzas ejerciendo fe humana. El autor ha sido sanado sobrenaturalmente en muchas ocasiones, pero nunca por intentar producir la sanidad por su propia habilidad de creer.
La sanidad Divina les llega a los que están sirviendo al Señor. Un discipulado constante y diligente es más probable que reciba sanidad que un intento repentino por ejercer fe. El Señor sana a los justos en Su tiempo y a Su manera.
Les dijo: “Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que les devuelve la salud.” (Éxodo 15:26-NVI)
Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí. (Salmo 18:19-NVI)
“Porque se agradó de mí.”
Si somos fervorosos en obedecer la Palabra del Señor, Él nos sanará. El énfasis se encuentra en una vida consistente y santa ante Él.
Con esto tampoco estamos apoyando ni alentando la doctrina que dice que si estamos enfermos es por la voluntad de Dios. Nosotros debemos orar repetidamente como lo hizo Pablo para que el Señor quite la enfermedad de nosotros. Sólo cuando hayamos escuchado del Señor que la aflicción viene de Él es que debemos dejar de implorar al Señor y aceptar que Él nos está mostrando Su fuerza por medio de nuestras debilidades.
¡La gente que no lo pida quizá no obtenga sanidad!
La sanidad Divina nos llega conforme ponemos nuestra confianza en la Palabra de Dios, pidiéndole repetidamente (conforme sea necesario) que nos sane, mientras tanto debemos amarlo y adorarlo. Tenemos fe que Dios nos sanará, pero no logramos esa sanidad buscando manipular el reino espiritual por nuestra propia “fe”.
En este episodio con respecto a Epafrodito, Pablo nos muestra que la sanidad Divina nos llega de acuerdo con la voluntad del Padre, no por nuestro intento de ejercer “fe”. Epafrodito se recuperó porque Dios en Su amor mostró misericordia hacia él, y también hacia Pablo.
Los intentos por hacer milagros en el reino físico por medio de la “fe”, sin una vida obediente a Cristo y portadora de su cruz, y sin sentir la dirección y coordinación del Señor no tienen lugar en el Reino de Dios.
37. ¿Cómo debían los santos de Filipos recibir a Epafrodito a su regreso?
Con toda alegría en el Señor.
38. ¿Qué actitud debía tomar la iglesia hacia Epafrodito?
La iglesia debía honrar a Epafrodito y a los que son como él.
39. ¿Cómo demostró Epafrodito su carácter y su amor por Cristo?
Arriesgando su propia vida para suplir el servicio a Pablo que la iglesia de Filipos no podía prestarle.
Capítulo Tres.
1. ¿Cuál fue la exhortación general a los santos y responsables de Filipos?
“Alégrense en el Señor”.
Es una maravillosa revelación del poder de Cristo darse cuenta que Pablo, quien estaba viviendo en circunstancias angustiosas en un cuartel militar, esperando su juicio ante un gobierno que se había vuelto perverso, estaba alentando a las personas que no estaban en prisión a que siguieran estando contentos y alegres en Cristo. Un santo inmaduro se hubiera estado lamentando de sus propias circunstancias, implorando continuamente que oraran por él para ser liberado “del diablo”.
2. ¿Cómo se sentía Pablo sobre las exhortaciones que les había escrito a los santos de Filipos, y sin duda a los santos de las otras iglesias?
Para Pablo no era molestia volver a escribirles lo mismo, y a ellos les daba seguridad.
3. ¿De qué tipo de personas deben cuidarse los santos?
De los perros-personas que se comportan como bestias, que hacen el mal, aquellos que están circuncidados en la carne pero no en su corazón.
Los “perros”, “los que hacen el mal” y “los que mutilan el cuerpo” quizá se estén refiriendo a los Judaizantes. Los Judaizantes eran Judíos que se acercaron a los Cristianos nuevos e intentaron persuadirlos de que parte de la Ley de Moisés, incluyendo la circuncisión, debiera ser incluida en la fe Cristiana. Pablo le advirtió a las iglesias, especialmente a la iglesia de Galacia, que se cuidara de estas enseñanzas.
Además, había muchas personas en las primeras iglesias que estaban llenas de adulterio, de amor al dinero y de rebelión en contra de toda autoridad. Los Libros de 2 de Pedro y de Judas tienen mucho que decir con respecto a la gente mala que se reúne con los santos.
En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. (2 Pedro 2:1-NVI)
El problema es que se han infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor. (Judas 1:4-NVI)
Cuando Judas habla sobre la venida de los santos para ejercer juicio, él se está refiriendo al juicio Divino sobre los Cristianos falsos.
Para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él. (Judas 1:15-NVI)
Compara:
Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos: ¿Quién de nosotros puede habitar en el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede habitar en la hoguera eterna? (Isaías 33:14-NVI)
Los Cristianos falsos son una sinagoga de Satanás. A su debido tiempo ellos adorarán a Dios a los pies de los santos verdaderos.
Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos pero que en realidad mienten, vayan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. (Apocalipsis 3:9-NVI)
4. ¿Quiénes son la circuncisión verdadera?
Los que adoran por medio del Evangelio de Dios, los que se enorgullecen en Cristo Jesús y los que no ponen su confianza en esfuerzos humanos para complacer a Dios.
5. ¿De qué maneras tenía Pablo la delantera en comparación con la mayoría de los hombres para tener confianza en los esfuerzos humanos?
Él había sido:
- Circuncidado al octavo día.
- Del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de pura cepa.
- En cuanto a la interpretación de la Ley, Fariseo.
- En cuanto al celo, perseguidor de las iglesias de Cristo.
- En cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.
6. ¿Cómo consideraba Pablo el mérito que había obtenido de su descendencia Hebrea y de sus obras religiosas?
Como pérdida por causa de Cristo, como pérdida por vivir la Vida de Cristo.
7. ¿Cómo consideraba Pablo todo lo que pudiera obtener en el mundo, incluyendo la justicia y aprobación otorgada por las obras de la Ley de Moisés?
Como pérdida, en cuanto a que esa justicia y aprobación disminuirían la perfección y la plenitud de su relación con Cristo.
8. ¿Qué era verdad sobre los logros de Pablo en el mundo?
Él había dejado todo para poder ser perfectamente fiel a Cristo.
En nuestros días debemos hacer hincapié en el concepto de renunciar al mundo para poder ser perfectamente fieles al Señor Cristo Jesús. Las religiones del mundo les enseñan a los hombres y a las mujeres cómo lograr algo para sí mismos, ya sea negando el reino material para obtener el paraíso, o adquiriendo poder en el reino material mediante la adoración de demonios o por la aplicación de principios sobrenaturales y mentales. En algunos casos, el Evangelio Cristiano ha sido infectado por estas diversas disciplinas religiosas.
A veces, el problema está en la manera egoísta y egocéntrica de abordar el Evangelio de tal manera que el ministerio, los dones y otras obras de servicio son conducidas de acuerdo a las necesidades de uno mismo o a las necesidades de otros en lugar de ser para la Gloria de Dios.
La gente de hoy se está preguntando cómo puede Cristo o Sus iglesias satisfacer sus necesidades. Pastores y maestros emprendedores están haciendo encuestas entre la gente para conocer sus necesidades y deseos (especialmente sus deseos) y están diseñando “servicios de alabanza” de acuerdo a los deseos expresados.
El Evangelio Cristiano verdadero, aunque a final de cuentas es de ganancia, no está orientado a que obtengamos lo que queramos. Más bien, está orientado a que el Señor obtenga lo que Él quiere. Cuando el Evangelio es utilizado como el medio por el cual obtenemos lo que queremos, entonces será seguido por la decepción y la confusión.
El Evangelio Cristiano opera en una escala mayor de lo que es verdad de todas las demás religiones. El Evangelio es el medio por el cual llegará a existir la visión y el plan del Dios Todopoderoso del Cielo. El Reino de Dios es el establecimiento de la adoración de Dios y de la obediencia a Dios por parte de todas las criaturas en el Cielo y sobre la tierra.
Le ha placido al Padre hacer de Cristo el Centro y la Circunferencia de todas las criaturas y de todas las cosas en el Cielo y sobre la tierra. Nosotros los Cristianos debemos ser las primicias, los primeros frutos, de la creación nueva centrada en Cristo.
Nos equivocamos cuando proclamamos que Cristo vino para darle a la gente esto o lo otro, o para liberarlos para que puedan cumplir su propio destino. Cristo no vino para “liberar” a la gente. Él vino para convertirlos en posesión Suya. Aquí está una importante y gran diferencia. Es la diferencia entre el Profeta Falso y el Espíritu Santo.
Dios tiene varios objetivos que está logrando por medio del Señor Jesús: está llenando el universo, espiritual y material, con Cristo; está construyendo un templo vivo y eterno para Sí mismo; está perfeccionando a una Novia para Su Hijo; está creando un Cuerpo para Su Hijo; está llevando a muchos hijos de Dios y a muchos hermanos de Cristo a la imagen de Cristo; está entrenando a sacerdotes y reyes para que reinen los mundos que vendrán; está destruyendo a Satanás y todas sus obras; está multiplicando Su propio Ser Divino.
Los objetivos de Dios no pueden ser logrados mientras estemos preocupados con nuestras propias necesidades y nuestros propios deseos. Sólo se pueden lograr conforme estemos dispuestos a “morir”, a perdernos en la voluntad de Cristo. Es imposible para nosotros avanzar hacia el Reino de Dios hasta que renunciemos a todo y a todos. Ningún hombre puede servir a dos amos. Debemos echar a un lado nuestra propia vida por el bien de Cristo y del Evangelio.
Esto no quiere decir que debemos ignorar a nuestros seres queridos o a nuestras circunstancias. Lo que sí significa es que en nuestro corazón debemos poner a toda persona, a toda cosa y a toda circunstancia sobre el altar de Dios hasta que la voluntad de Cristo tenga el camino libre en nuestra vida. Pablo había hecho esto. Él no se estaba aferrando a nada más que a Cristo.
El santo Cristiano verdadero, el vencedor, es aquel a quien el Espíritu Santo está liberando de todo ídolo para que pueda conocer a Cristo de manera más perfecta.
9. ¿Cuál era la opinión de Pablo con respecto a todas las cosas que él había perdido para ganar a Cristo?
Todo era estiércol, basura, tonterías, desperdicios.
El concepto de ganar a Cristo, de obtener a Cristo, es una idea importante que debemos considerar. Obviamente, Pablo no se estaba refiriendo a creer en Cristo para tener la salvación. No hay duda de que Pablo, en esta etapa de su vida, no estaba luchando para salvarse de la ira. Entonces, ¿qué quiso decir cuando dijo que él había renunciado a todo para poder ganar a Cristo, para obtener a Cristo?
Es evidente por el pasaje que estamos estudiando que hay más en el Cristianismo que nuestra aceptación inicial por fe del Señor y Salvador, Cristo. El discipulado Cristiano verdadero es un esfuerzo que dura toda la vida para obtener a Cristo.
No es que nosotros nos hayamos hecho acreedores a una posición de favoritismo con el Señor Jesús, aunque algo de esto puede haber. Más bien, lo cierto es que existe tanto de Cristo a que aferrarnos que se requiere de nuestra atención fervorosa cada día de nuestras vidas para poder lograr algo de progreso verdadero en entender la Gloria que hay en Cristo y que es Cristo.
Podríamos comparar a Cristo con un piano de cola. Una persona podría tener un piano de cola en su casa durante 50 años y no poder tocar en él ni una sola pieza. Pero con un buen maestro y viarias horas de práctica diarias, él podría convertirse en un músico bastante hábil en pocos años.
Lo mismo sucede con Cristo. Durante 50 años podemos decir que creemos en Cristo y permanecer sin cambio en nuestra personalidad. Con la ayuda de nuestro Maestro, el Espíritu Santo, podemos convertirnos en un santo conquistador, en un profeta de Dios, si nos damos de lleno a las cosas de Cristo.
Pablo se alejó de todo lo que competía por sus intereses y por su cariño, por sus metas y ambiciones, y se dedicó a llegar a conocer la plenitud de la Gloria de Cristo. Como resultado, Pablo cambió a ser en la imagen de Cristo. Las Epístolas de Pablo han producido una cantidad incalculable de fruto sobre la faz de toda la tierra desde el primer siglo.
Verdaderamente, ¡sí existe una recompensa por buscar al Señor!
Podemos estar de acuerdo con Pablo que sus deseos y ambiciones pasajeros, que se presentaron durante el transcurso de su vida, realmente eran basura en comparación con el fruto espiritual que se ha producido como resultado directo de sus Epístolas. Debemos detenernos y darnos cuenta que esto también es cierto de cada uno de nosotros. ¿Quién podrá medir el fruto de nuestra propia vida si nos damos a nosotros mismo completamente para ganar a Cristo?
10. ¿En qué condición deseaba Pablo ser encontrado?
Pablo deseaba ser encontrado en Cristo y que Cristo fuera encontrado en él. Pablo quería tener la aprobación de Dios sobre sí y sobre sus acciones de tal manera que Dios lo viera como una persona justa.
Pablo no quería que ni una pizca de la aprobación de Dios resultara de que guardara algún aspecto de la Ley de Moisés. Él quería que la aprobación de Dios resultara del hecho de que él se había convertido en una parte eternamente inseparable del Señor Jesús. Pablo quería que la justicia de Cristo mismo fuera su justicia. Pablo deseaba tener la fe y la confianza de que la justicia de Cristo se había vuelto su propia justicia sin tener que cumplir cualquier parte de la Ley.
11. ¿Cuál era la meta suprema de la vida de Pablo?
Conocer a Cristo; experimentar el poder que se manifestó en Su resurrección; participar en Sus sufrimientos; y llegar a ser semejante a Él en Su muerte.
Todo Cristiano “conoce” a Cristo en cuanto a que comprende que Cristo es el Hijo de Dios quien dio Su vida por nuestros pecados. Reconoce el hecho que Cristo resucitó de entre los muertos y que algún día regresará a la tierra como Rey de reyes y Señor de señores.
La mayoría de nosotros conoce el nombre de muchas personas. Hemos leído sobre personajes famosos, pasados y presentes. Además, quizá tengamos muchos amigos y parientes. Pero probablemente sea cierto que sólo hay unas cuantas personas a quienes conocemos íntimamente.
Para conocer a alguien íntimamente debemos dedicarle tiempo y atención, compartiendo con él o ella alegrías y sufrimientos, comunicándole victorias y derrotas, esperanzas y temores, planes y frustraciones. Pablo había sufrido la pérdida de todo para ganar un conocimiento íntimo de Cristo.
¿Por qué debe el creyente dejar a un lado todos sus demás intereses para ganar un conocimiento íntimo del Señor Jesús?
Primero, consideremos el hecho que Cristo es un Rey poderoso. Los reyes no confían tan fácilmente en otras personas. Un rey quizá tenga uno o dos consejeros o mentores de confianza en quienes confía. El hecho sorprendente y extraordinario es que el Señor Cristo Jesús entra en una comunión íntima con cualquiera aparte de con Dios Padre.
Además, es Dios. Él es la Palabra de Dios, la Vida Eterna de Dios desde el principio. Entre más compleja y profunda sea una persona, más tiempo y compromiso se requiere para llegar a conocerla íntimamente y completamente. Cristo es infinitamente complejo, infinitamente profundo. En Él se esconden todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Es posible que nos acerquemos a conocer a Cristo como realmente es durante el futuro que no tiene fin.
Además, Cristo es el que nos ama. El amor intenso y apasionado de nuestro Creador es celoso en cuanto a nuestro cariño. El nombre del Señor es celoso. El amor humano más ardiente es sólo una sombra pálida en comparación con el amor de Dios hacia nosotros. El amor Divino no es un cariño generalizado, como el que un rey terrenal tendría por sus súbditos. Es un amor intenso y personal-como el que se expresa en el Cantar de Cantares.
Gran parte de nuestro discipulado Cristiano está dedicado a quitar ídolos que tenemos para que podamos amar a Cristo con un corazón decidido.
La meta suprema de Pablo era profundizar y ampliar su relación con el Señor Jesucristo. Pablo estaba listo para alejarse de toda cosa o circunstancia creada que el Espíritu Santo le señalara como un estorbo a su amor por Cristo y al amor de Cristo por él.
Pablo quería conocer, quería experimentar, el poder que se manifestó en la resurrección de Cristo.
Y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales. (Efesios 1:19, 20-NVI)
Si Satanás hubiera tenido el poder para evitarlo, él hubiera evitado la resurrección del Señor Jesús. La resurrección triunfante de Cristo quiere decir que el poder de Satanás ha sido vencido eternamente. Por esto, el creyente que está morando en Cristo es eternamente victorioso e indestructible.
El poder por el que gobierna Cristo es el poder de Su Vida de resurrección.
Que ha llegado a serlo (un sacerdote), no conforme a un requisito legal respecto a linaje humano, sino conforme al poder de una vida indestructible. (Hebreos 7:16-NVI)
No existe ningún otro poder en el universo tan grande como el poder del Espíritu Santo-el poder que resucitó al Señor Jesús de las prisiones espirituales que hay dentro de la tierra y que lo elevó al trono más alto de todos.
El deseo de Pablo, aquel por el que descartó todos sus demás intereses, era vivir y moverse y tener su existencia no por la energía y la sabiduría de carne y huesos sino gracias la energía y la sabiduría que fluyen del trono de Dios Todopoderoso. Pablo comprendía muy bien que la persona que está viviendo por la vida eterna de resurrección nunca puede ser vencida. Se vuelve como la zarza de Moisés que arde y arde y que nunca se consume.
El individuo que está viviendo por la Vida de Cristo está vivo eternamente. La persona que está viviendo sólo por su vida de carne y huesos se está muriendo mientras está vivo.
Al vencedor de la iglesia de Esmirna se le promete “la corona de vida” si es fiel hasta la muerte. Recibir la corona de vida significa que se le da la autoridad y el poder de la vida de resurrección-autoridad y poder suficientemente poderosos para someter a todos los enemigos de Cristo, para obligarlos a doblar sus rodillas para rendirle homenaje y confesar que Jesús es el Señor.
Podríamos cambiar hoy el curso del mundo si poseyéramos la autoridad y el poder. Los poseeremos en cuanto estemos dispuestos a morir a nuestra ambición egocéntrica y le permitamos al Señor Cristo Jesús que reine como el Rey de Dios adentro de nosotros.
Pablo buscaba participar en los sufrimientos de Cristo hasta el punto de ser semejante a Él en Su muerte.
Si existiera un “secreto” para la vida de victoria en Cristo, ese secreto sería la cruz personal del santo. La cruz de Cristo, así como nuestra cruz personal, es la “locura de Dios”-una locura muy alejada de la sabiduría del hombre. La cruz de Cristo y del santo victorioso separa a Cristo del Profeta Falso y al santo conquistador del “creyente” egoísta.
Como dijimos anteriormente, podríamos cambiar y cambiaríamos el curso del mundo hoy si poseyéramos la autoridad y el poder de la corona de vida, la recompensa prometida al conquistador de Esmirna. Esta corona le es otorgada a aquel que es fiel hasta la muerte. ¡Y con justa razón!
Si se nos diera toda la autoridad y todo el poder que deseáramos, ciertamente nos convertiríamos en el Profeta Falso, destruyéndonos a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
La cruz se interpone entre nosotros y el poder que Cristo le ha asignado a la Iglesia. El sufrimiento y la muerte de la cruz echan fuera nuestra voluntad propia, nuestro egoísmo, nuestra ambición personal, nuestro deseo por engrandecernos, nuestro egocentrismo, nuestro deseo de manipular a todas las personas y circunstancias-inclusive a Dios mismo-para lograr nuestros propios fines.
Pablo estaba buscando gloria y honor, pero buscaba gloria y honor por el camino de Dios, esto es, por el camino de la cruz de Cristo. Pablo buscaba experimentar el poder de una vida eterna e incorruptible, pero él comprendía que la vida espiritual abundante que Cristo nos prometió surge en nosotros sólo conforme los apetitos muertos de la naturaleza pecaminosa y la ambición personal del alma son podados, son circuncidados, por experiencias dolorosas.
Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. (2 Corintios 4:8-10-NVI)
Pablo recibió visiones de Dios. Sobre los talones de las visiones llegó el mensajero de Satanás para penetrar en su carne. Cristo le explicó a Pablo que su sufrimiento era necesario si Cristo iba a ser exaltado en la vida y en el ministerio de Pablo.
Quizá nosotros estemos buscando poder. Dios está buscando llenar todas las cosas con Su Hijo amado, el Señor Cristo Jesús. Por esto, somos rebajados hasta la muerte por los problemas, por las perplejidades, por la persecución, por el golpe tras golpe que cae sobre nosotros. Dios continúa levantándonos, y el poder que nos levanta se derrama hacia otras personas y los levanta a ellos también.
Nosotros siempre estamos avanzando hacia los sufrimientos de Cristo, estamos siendo presionados al molde de Su muerte sobre la cruz. Es la muerte al dolor, a la debilidad y a la impotencia hasta que llegamos a acostumbrarnos a confiar sólo en Dios para todas las cosas, para todas nuestras necesidades y nuestros deseos. De esta manera, Cristo nos resucita llenándonos, y todas las personas y circunstancias relacionadas con nosotros, Consigo mismo.
Dios nunca le dará Su gloria a otra persona. Si queremos recibir la Gloria de Dios debemos morir para que Cristo pueda vivir en nosotros. Debemos convertirnos en una parte eternamente inseparable de Dios mediante Cristo.
Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno. (Juan 17:22-NVI)
La Gloria de Dios le ha sido dada al Señor Jesús. El Señor Jesús nos ha dado esa Gloria a nosotros. El hecho en sí de que Jesús nos ha dado Su Gloria es tan asombroso en cuanto a sus consecuencias, tan completamente fuera de cualquier cosa que podríamos imaginar o desear, que no podremos comprender el valor de lo que nos ha sido dado hasta que nos adentremos en la Era del Reinado de los mil años.
12. ¿Qué condición buscaba Pablo alcanzar (avanzar a; arribar a)?
La resurrección de entre los muertos.
El término Griego utilizado aquí es resurrección-hacia-afuera. No es utilizado en ninguna otra parte del Nuevo Testamento a excepción que uno considere el término primera resurrección como su equivalente, que es como el autor lo considera. Nuestro punto de vista es que la “resurrección-hacia-afuera” de Pablo es lo mismo que la “primera resurrección”.
Ésta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. (Apocalipsis 20:5-NVI)
Filipenses 3:11 es un versículo notable. No se parece en casi nada a nuestro entendimiento tradicional de la resurrección de entre los muertos.
El término resurrección-hacia-afuera, o resurrección de entre los muertos, implica una resurrección temprana, una primera resurrección de entre los muertos.
Quizá no exista una mayor necesidad doctrinal en nuestros días que la comprensión de la primera resurrección y de nuestra necesidad de alcanzarla. El discipulado Cristiano siempre debe ser algo a lo que aspiramos con la intención de alcanzar una “mejor resurrección”.
El contexto de 3:11 sugiere que la resurrección de entre los muertos tiene que ver con experimentar el poder que se manifestó en la resurrección de Cristo y con participar en Sus sufrimientos, y además con la transformación de nuestro cuerpo miserable; ya que Pablo dice unos cuantos versículos más adelante:
Él transformará nuestro cuerpo miserable [nuestro humilde cuerpo-Rotherham] para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3:21-NVI)
No hay duda de que la resurrección-hacia-afuera, la resurrección de entre los muertos, es la resurrección de la cual habló Pablo en Romanos 8:11, en 1 Corintios 15:52, en Tesalonicenses 4:16, y que el Apóstol Juan reveló en Apocalipsis 20:4-6.
…Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4-NVI)
Por la expresión “volvieron a vivir” (anteriormente) Juan está hablando de la transformación que sufre nuestro cuerpo miserable al volver a la vida, ya que nuestra naturaleza interna que ha vuelto a nacer ya está eternamente viva en Cristo a la derecha del Padre.
El siguiente versículo se refiere a la resurrección y ascensión de nuestra naturaleza interior que ha vuelto a nacer.
Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:1-3-NVI)
Cuando Pablo estaba buscando alcanzar, avanzar hacia, o arribar a la resurrección de entre los muertos, tuvo que haberse estado refiriendo a la transformación hacia la vida de nuestro cuerpo físico. A diferencia de nuestro cuerpo físico, nuestra naturaleza espiritual experimenta vida de resurrección en el momento en que recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador.
Si Pablo verdaderamente está hablando sobre la primera resurrección, sobre la transformación hacia la vida de nuestro cuerpo mortal, el hecho asombroso es que Pablo nos está enseñando que se nos exige avanzar hacia adelante hacia la vida y muerte de Cristo para poder alcanzarla.
Nuestro entendimiento tradicional, por otro lado, es que toda persona que hace una profesión de fe en el Señor Cristo Jesús, y que es bautizado en agua, participará en la primera resurrección de entre los muertos.
Nuestro entendimiento tradicional no está de acuerdo con el tercer capítulo del Libro de Filipenses ni está en armonía con las parábolas del Reino de Dios que Jesús enseñó. El Señor Jesús nos enseñó que el Reino de Dios es tan pequeño como una semilla y que crece hasta llenar todas las cosas, y también que muchos corazones en donde la Semilla del Reino ha sido plantada no producen fruto duradero-ciertamente no produce el fruto de un cuerpo que todo lo puede.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. (Mateo 13:5, 6-NVI)
El Reino de Dios es más que una etiqueta que le ponemos a nuestra personalidad. El Reino de Dios es más que un boleto para ir al Cielo. El Reino de Dios es más que una doctrina religiosa sobre la que intentamos lograr que nuestro conocimiento y nuestra comprensión sean correctos.
El Reino de Dios, la resurrección, es una Semilla viviente que entra a nosotros logrando que volvamos a nacer. Si queremos alcanzar la resurrección de entre los muertos, debemos nutrir conscientemente la Semilla viviente. De otra manera, la Semilla, la vida de resurrección, se marchitará o será ahogada antes de que pueda llevar a la perfección cualquier fruto (Lucas 8:5-16).
Además, el entendimiento tradicional que tenemos de que recibimos la cantidad completa de vida eterna en el momento en que recibimos a Cristo no corresponde con los Capítulos Dos y Tres del Libro de Apocalipsis-las promesas al que salga vencedor.
Nosotros creemos que los Capítulos Dos y Tres de Apocalipsis están describiendo cómo mejorar nuestras posibilidades para alcanzar la primera resurrección de entre los muertos. Nos es de ayuda considerar las recompensas que se mencionan ahí. No son el tipo de recompensas que generalmente asociamos con ir al Cielo. El clímax de las recompensas coincide con la descripción de la primera resurrección de entre los muertos.
Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21-NVI)
Compara:
Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. … (Apocalipsis 20:4-NVI)
El Capítulo Tres del Libro de Filipenses, los Capítulos Dos y Tres de Apocalipsis, y la referencia que Pablo hace de correr en una carrera, de competir con fervor para ganar la corona de vida, sugiere que la primera resurrección de entre los muertos, incluyendo la obtención de un cuerpo glorificado, será la recompensa asignada al santo conquistador. No será otorgado en base a la simple profesión de una creencia doctrinal.
Consideremos por un momento el hecho que en el Nuevo Testamento la plenitud de la salvación se considera como algo que ocurre al final de nuestro peregrinaje en lugar de al principio. El que persevere hasta el final será salvo.
Observa cuidadosamente lo siguiente:
Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. (Hebreos 10:39-NVI)
Nosotros somos “de los que tienen fe y preservan su vida”. Nosotros somos salvos si perseveramos en nuestra fe durante toda nuestra vida.
Si consideramos la salvación como algo que ocurre al final de nuestra vida en lugar de al comienzo, podemos tener una imagen más clara de la vida Cristiana. El concepto de hoy en día que dice que una vez que hacemos una profesión de fe en el Señor Jesús somos “salvos”, queriendo decir con esto que cualquier cosa que hagamos después de eso no puede evitar nuestra entrada a la plenitud de la gloria y de la autoridad, ha producido a iglesias Cristianas muy alejadas de Dios y de Su redención.
Si percibiéramos la salvación como una condición de aceptación a Dios que ciertamente comienza en un momento definido que es cuando ponemos nuestra fe en el Señor Jesús y que luego debe ser continuado durante toda nuestra vida con toda diligencia, evitaríamos la complacencia mortal que ha destruido la vida espiritual de las iglesias en las naciones prósperas.
Seremos salvos si perseveramos hasta el final. Nuestra redención está en el futuro. Si queremos lograr la redención futura, todo momento de nuestra vida sobre la tierra debe ser pasado en la búsqueda de la vida eterna.
En el Capítulo Tres de Filipenses, Pablo no está hablando principalmente de ser salvo de la ira de Dios. Entonces, ¿de qué está hablando?
Cuando recibimos al Señor Cristo Jesús por fe, creyendo que Su sangre ha lavado nuestros pecados, nos volvemos candidatos para el Paraíso. Seremos salvos en lugar de estar perdidos en el gran y terrible Día del Señor si continuamos durante toda nuestra vida poniendo nuestra esperanza y confianza en el Señor.
Pero alcanzar la primera resurrección de entre los muertos, la transformación de nuestro cuerpo para que sea a semejanza del glorioso cuerpo de Cristo, ascendiendo a los tronos de la vida eterna que gobiernan la creación material, requiere que entendamos perfectamente el poder que se manifestó en Su resurrección de entre los muertos y una participación completa en Sus sufrimientos en la cruz.
Muchos son los llamados al Reino de Dios pero pocos son los escogidos para ser miembros de la Esposa del Cordero. Entre los miembros del Reino de Dios hay algunos que producen a Cristo el treinta por uno, algunos que producen a Cristo el sesenta por uno, y algunos que producen a Cristo el ciento por uno. Luego hay creyentes que son salvos como quien pasa por el fuego, sin recibir recompensa. Sus obras, sus herencias, y una gran parte de su personalidad es quemada de ellos para que su espíritu pueda salvarse.
Entramos por las puertas de la salvación recibiendo a nuestro Señor Jesucristo. Después, mediante Su gracia, avanzamos hacia adelante hacia el Reino de Dios. Al grado al que alcancemos el Reino determinará nuestra herencia, nuestra posición, nuestras oportunidades para tener comunión con Dios y para ser de servicio durante la eternidad que vendrá.
Una gran parte de nuestra herencia será reflejada por el cuerpo de vida que cubrirá nuestro cuerpo mortal. ¡Sí existe una recompensa por servir al Señor!
Segaremos lo que hayamos sembrado. Quienes hayan servido al Señor descuidadamente serán recompensados descuidadamente. Quienes hayan servido al Señor de todo corazón serán recompensados de todo corazón por el Señor. Quienes hayan dado poco al Señor recibirán poco del Señor. Quienes hayan dado todo lo que son al Señor recibirán todo lo que el Señor Es.
La primera resurrección de entre los muertos, la “resurrección-hacia-afuera”, es la resurrección de los sacerdotes y reyes de Dios. Es un gran honor en el Reino de Dios participar en la primera resurrección. A quienes alcancen la primera resurrección se les dará autoridad y poder inimaginables, como el Espíritu de Dios lo ha presentado en los Capítulos Dos y Tres del Libro de Apocalipsis.
Podemos darnos cuenta un poco del grado de madurez espiritual que representa la primera resurrección por el hecho que el Apóstol Pablo, 5 o 6 años antes de su martirio, todavía buscaba llegar al nivel de cercanía con el Rey de Dios-con el Señor Cristo Jesús-que le ayudaría a calificar para participar en la primera resurrección de entre los muertos.
Calificamos para escapar de la ira de Dios creyendo en Cristo y siendo bautizados en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Alcanzamos la primera resurrección de entre los muertos renunciando a todas las demás actividades para poder ser transformados a la muerte y resurrección del Señor Jesús.
Durante muchos años, el autor ha batallado con el problema de quién será resucitado de entre los muertos y ascendido a encontrarse con el Señor en el aire cuando Él aparezca.
El lenguaje de la Primera Carta a los Tesalonicenses 4:13-18 nos deja la impresión de que todos los creyentes serán atraídos hacia el Señor en ese momento. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la definición de Pablo de un creyente y de lo que significa “dormir en Jesús”, y la definición y el entendimiento actual, pueden ser muy diferentes.
Existen representaciones y declaraciones que implican que sólo una primicia de los creyentes será encontrada digna de participar en la primera resurrección. Nosotros finalmente hemos llegado a estar de acuerdo con este punto de vista-que sólo una primicia del pueblo del Señor (y por la expresión “el pueblo del Señor” queremos decir el Israel espiritual, la familia de Dios, toda la Iglesia, toda la Esposa del Cordero) participará en la primera resurrección de entre los muertos.
Si es verdad que una primicia del pueblo de Dios será resucitada en la primera resurrección, entonces el resto de la iglesia será resucitada en la resurrección general de los muertos-la que sucederá cuando el primer cielo y la primera tierra hayan huido de la Presencia del Señor.
Si la mayoría del pueblo del Señor va a ser resucitada en la resurrección general de los muertos, entonces la resurrección que sucederá a la venida del Señor será una resurrección-hacia-afuera especial de un ejército santo de “hombres fuertes y poderosos” cuyo propósito será trabajar con el Señor para gobernar a las naciones salvas, y quizá para asistir a los miembros jóvenes de la Novia en su crecimiento a la madurez.
Está la historia del ejército de Gedeón-300 hombres seleccionados de todo el campamento de Israel. El relato de las trompetas y de cuando se estrellaron los cántaros para que la luz brillara es posiblemente la representación más convincente en el Antiguo Testamento de la venida del Señor.
Está la separación del Arca del resto de la Tienda de Reunión y su regreso a final de cuentas como parte del Templo de Salomón. La separación y el regreso del Arca sugiere una separación temporal de toda la Iglesia por un remanente luchador, una compañía de “Sión”, una primicia para el Señor.
La unción de David como rey de Judá antes de ser ungido rey de todo Israel habla de un gobierno temporal del Señor sobre una “compañía de Judá“.
Isaías habla sobre un remanente santo.
Entonces tanto el que quede en Sión como el que sobreviva en Jerusalén serán llamados santos, e inscritos para vida en Jerusalén. (Isaías 4:3-NVI)
Joel profetiza sobre un remanente que servirá al Señor en los últimos días.
Y todo el que invoque el nombre del SEÑOR escapará con vida, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá escapatoria, como lo ha dicho el SEÑOR. Y entre los sobrevivientes [remanente] estarán los llamados del SEÑOR. (Joel 2:32-NVI)
“Y entre los sobrevivientes estarán los llamados del Señor”. ¡Entre los sobrevivientes!
Judas menciona a un remanente que regresará a juzgar la casa del Señor:
También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán, profetizó acerca de ellos [de los impíos de las iglesias]: “Miren, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles [santos] para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él”. (Judas 1:14, 15-NVI)
Un repaso del contexto revelará que estos santos que vienen con el Señor, quizá un remanente de toda la Iglesia, aparecerá con el propósito de juzgar a los impíos de la casa de Dios.
Luego está el hecho de que la Esposa del Cordero (quizá, según nuestro punto de vista, una primicia de la Novia) aparece al comienzo de la Era del Reinado de los mil años vestida en las ropas blancas de su conducta justa:
Y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente. (El lino fino representa las acciones justas de los santos). (Apocalipsis 19:8-NVI)
Y luego como la gloriosa ciudad santa, al final de la Era del Reinado de los mil años.
Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con las últimas siete plagas. Me habló así: “Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero”. (Apocalipsis 21:9-NVI)
La diferencia entre las dos apariciones de la Esposa del Cordero quizá indique que una primicia-combatiente aparecerá con el Señor al comenzar la Era del Reinado de los mil años, y que durante la Era del Reinado de los mil años el resto de la Iglesia será ministrado en el reino espiritual por la primicia-combatiente, la compañía de “Sión-cebada-primicia”, el remanente santo del Señor.
La cebada es el primer grano en madurar y fue usado durante la fiesta Levítica de las Primicias.
Gedeón está asociado con la cebada.
Gedeón llegó precisamente en el momento en que un hombre le contaba su sueño a un amigo.-Tuve un sueño-decía-, en el que un pan de cebada llegaba rodando al campamento madianita, y con tal fuerza golpeaba una carpa que ésta se volteaba y se venía abajo. (Jueces 7:13-NVI)
El regimiento de las primicias, de los primeros frutos, está, según el Libro de Apocalipsis, de pie sobre el Monte Sión, en el lugar donde David guardó el Arca del Pacto cuando estaba separado del resto de la Tienda de Reunión.
Luego miré, y apareció el Cordero. Estaba de pie sobre el monte Sión, en compañía de ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. (Apocalipsis 14:1-NVI)
Con esto podemos observar que el concepto de que la primera resurrección es una resurrección y ascensión especial y adelantada, una guardia de honor para saludar al Señor Jesús cuando venga para asumir el gobierno de Israel y de las otras naciones de la tierra, tiene apoyo convincente tanto en el Antiguo Testamento como en declaraciones del Nuevo Testamento.
Si la primera resurrección es una resurrección especial y adelantada de los “hombres fuertes y poderosos” del Señor, entonces el celo de Pablo para alcanzar la resurrección-hacia-afuera hasta el final de su discipulado tiene mucho sentido.
De otra manera, el deseo de Pablo por alcanzar la resurrección de entre los muertos sería difícil de comprender.
La declaración que finalmente nos orilló a tomar la postura de que sólo un remanente será resucitado a la venida del Señor, es la siguiente:
Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (Apocalipsis 20:6-NVI)
Existen numerosas personas que creen en Jesús, que tiene, según nosotros, una experiencia genuina de tener sus pecados perdonados. Ellos verdaderamente aman al Señor y Su Espíritu está en ellos. Pero no podemos verlos a todos ellos sirviendo como miembros del real sacerdocio. Muchos son bebés en Cristo. Sus pastores los alimentan con leche diluida; ya que si les presentaran una palabra más dura sus congregaciones se ahogarían y morirían.
Tales creyentes sencillamente no son reyes ni sacerdotes en el Reino. Ellos no son reyes ni sacerdotes el día de hoy ni tampoco lo serán por arte de magia cuando el Señor aparezca, ni por ninguna “gracia”, ni por ningún perdón, ni por ninguna misericordia, ni por ningún otro método rápido y sencillo. Ellos no están listos para ser los jueces que se sentarán sobre los tronos todopoderosos en el aire que gobiernan la condición espiritual de las naciones de la tierra. Pensar que Cristianos inmaduros y mundanos serán asignados repentinamente con suprema autoridad y poder es consentir una fantasía.
Luego también, el Señor nos advirtió sobre las diez vírgenes que tenían lámparas-las lámparas representan la Palabra de Dios. Cinco de ellas tenían aceite, es decir, la Vida de Cristo morando en ellas. Ellas estaban viviendo por Su Vida. Las otras cinco tenían lámparas pero su aceite se había consumido. Ellas no fueron aceptadas por el Señor cuando Él vino.
Cuando verdaderamente recibimos al Señor, recibimos una porción de aceite, una porción de la Vida de Cristo. Para mantenernos llenos de aceite debemos tomar nuestra cruz y seguir al Señor, viviendo diariamente por Su vida de resurrección. ¿Cuántos creyentes realmente viven por la Vida del Señor?
En los días en que estamos viviendo, el Señor separará a un remanente santo después de que éste haya pasado por mucha tribulación.
Nosotros pensamos que hemos llegado a la conclusión correcta, es decir, que sólo un remanente santo de santos-combatientes se elevará para encontrarse con el Señor cuando Él aparezca. Si existe la posibilidad de que nosotros estemos en lo correcto, entonces toda persona que ama al Señor haría bien en seguir el ejemplo del Apóstol Pablo en dedicarse a alcanzar la primera resurrección de entre los muertos.
13. ¿Había Pablo en este momento (62 D.C. justo antes de su primera aparición en la corte) ya alcanzado la “resurrección-hacia-afuera”?
Según él, todavía no la había alcanzado.
El versículo 12 nos revela que alcanzar la primera resurrección es lo mismo que ser perfecto. Llegar a ser perfecto en Cristo es alcanzar la resurrección-hacia-afuera.
14. ¿Cuál era la actitud de Pablo en espíritu y en mente mientras estaba preso en el cuartel esperando su primer juicio?
Él estaba tratando de alcanzar un objetivo, se estaba dirigiendo hacia una meta en Cristo.
Esto es realmente sorprendente. ¿Hacia qué estaba avanzando?
¿Qué trataba de alcanzar?
A estas alturas, Pablo había sido salvo y lleno con el Espíritu de Dios por muchos años. Su obra misionera había producido mucho fruto. Ahora estaba en prisión anticipando sin lugar a dudas el martirio. ¿No había alcanzado ya todos los aspectos de la redención que son posibles en el mundo?
¿No es verdad que después de ser salvos, llenos con el Espíritu Santo de Dios, y que trabajemos exitosamente en la obra del Reino que ya no existe un nivel espiritual personal hacia el que debemos avanzar mientras que estamos en el mundo?
¿Acaso no se supone que debemos esperar pacientemente hasta que el Señor Jesús venga y “nos lleve a nuestro hogar eterno en el Cielo?
Sí, debemos esperar pacientemente hasta que el Señor Jesús venga con el poder de Su Reino y nos lleve a la gloria y la honra. Mientras tanto, existe un objetivo, una meta que ha sido puesta delante de nosotros por el Señor Jesús. El objetivo, la meta, es tener la comunión perfecta y completa con Cristo a la que hemos sido llamados.
Cada santo que alcanza una comunión completa con Cristo ya ha recibido los aspectos internos de la primera resurrección. La venida del Señor Jesús no traerá los aspectos internos de la vida de trono al santo perfeccionado. Más bien, la venida de Cristo manifestará a la creación, mediante el avivamiento y la glorificación del cuerpo mortal del santo, la Vida Divina y la comunión que fue lograda durante la vida del santo sobre la tierra.
Pablo anhelaba alcanzar aquello para lo cual Cristo lo había alcanzado.
¿Acaso Cristo te ha alcanzado realmente a ti o a mí para que podamos ser llevados a transformaciones, a relaciones, y a posiciones de las cuales casi no estamos conscientes, que entrevemos a oscuras?
¿Con qué fin vamos a ser resucitados?
Nosotros sugerimos que el llamado hacia arriba que se le hace al santo del pacto nuevo es igual a la comisión dada a los seres humanos en el principio:
- Ser en la imagen de Dios en espíritu, alma y cuerpo.
- Ser hombre y mujer, esto es, tener la capacidad de unión con Dios y con todos los que están en Dios.
- Ser fructíferos.
- Tener dominio sobre la creación.
En cuanto a la imagen:
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. (Romanos 8:29-NVI)
En cuanto a la unión:
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. (Juan 17:21-NVI)
En cuanto a ser fructífero:
No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. (Juan 15:16-NVI)
En cuanto a tener dominio:
Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21-NVI)
De las cuatro partes de la comisión original dada a los seres humanos, la unión es la más importante. Cuando Dios hizo al hombre, lo hizo hombre y mujer para que fuera imposible para cualquier individuo que lograra la imagen, la fructificación o el dominio aparte de tenerlo en unión con otra persona. Sólo el Padre, Dios, es capaz de tener la imagen, la fructificación y el dominio aparte de tenerlos con otra persona.
El tercer capítulo de Filipenses se preocupa de la unión plena del santo con Cristo. Pablo estaba haciendo a un lado todas las demás metas para que pudiera intentar alcanzar la única meta suprema de conocer al Señor Cristo Jesús, de conocer el poder que se manifestó en Su resurrección de entre los muertos (no el poder de la resurrección de Pablo sino el poder que se manifestó en la resurrección de Cristo), y participar en los sufrimientos de Cristo (no en los sufrimientos de Pablo).
¿Acaso el poder y el sufrimiento no llegan a ser de Pablo?
Sí, ciertamente que lo llegan a ser. Pero el aspecto importante es que son el poder y el sufrimiento de Cristo. No es lo que nosotros alcanzamos lo que es tan vitalmente importante. El único logro verdadero del ser humano es entrar a todo lo que Cristo es, a todo lo que Cristo hace, en lo que Cristo se convierta, a lo que Cristo experimente, y a lo que Cristo alcance y herede.
Nosotros somos coherederos con Cristo. Nada de lo que somos o hagamos tiene valor sin el Señor. El aspecto necesario de la salvación es unión con Él.
La diferencia entre el Profeta Falso (la religión) y Cristo (la redención Divina) es la siguiente: el Profeta Falso y los que le pertenecen a él están buscando la imagen, la fructificación y el dominio sin la unión con Cristo, sin la unión con Dios. Cristo y aquellos que le pertenecen a Él también están buscando la imagen, la fructificación y el dominio pero sólo conforme estos elementos fluyan naturalmente de su unión con Dios.
Por esto, todas las fórmulas religiosas, ya sea que tengan que ver con el ayuno, con la meditación, con estar firmes en las promesas de las Escrituras, con el discipulado, con los patrones del bautismo, con los dones del Espíritu, con diseños de organización, o con cualquier otra cosa que sea enfatizado son del Profeta Falso a excepción de que sus metas sean logradas por medio de la unión con el Señor Cristo Jesús.
Nosotros no buscamos adquirir la semejanza a Dios en nuestra vida, ni la fructificación, ni el dominio para volvernos espiritualmente hábiles o personas poderosas. Más bien, buscamos tener unión con Dios mediante el Señor Cristo Jesús para que la imagen, la fructificación y el dominio Divino, que son las metas verdaderas de toda persona, nos puedan ser dadas legalmente y nos ayuden a complacer al Padre.
Ningún ser humano jamás encuentra reposo y gozo hasta que los encuentra en el corazón de Dios.
Esto es lo que Pablo anhelaba-ser encontrado en Cristo, sin tener ningún logro, ninguna justicia propia. Todo lo que fuera de ganancia para Pablo debía llegar como resultado de su unión con Cristo.
La unión Divina, la vida Divina, la imagen, la fructificación y el dominio ordenado Divinamente son un llamado hacia arriba. El llamado baja a nosotros desde el trono de Dios Todopoderoso y nos atrae hacia arriba hacia ese trono.
El llamado a la unión es el llamado que se hace para la Novia del Cordero. Responder al llamado del amor Divino requiere que todos los demás intereses y lo demás a lo que le tenemos cariño sea considerado secundario y que todos los logros y las experiencias anteriores se pongan a un lado y sean olvidados.
La Novia del Cordero se aleja de toda relación que la está envolviendo para que Cristo pueda tener el primer lugar indiscutible en su corazón. Él no permitirá competidores.
Escucha, hija, fíjate bien y presta atención: olvídate de tu pueblo y de tu familia. El rey está cautivado por tu hermosura; él es tu señor: inclínate ante él. (Salmo 45:10, 11-NVI)
Pablo se estaba esforzando por alcanzar la plenitud en la comunión con Cristo, una plenitud que el Señor hizo que apareciera en el horizonte de la conciencia espiritual de Pablo. Él estaba avanzando hacia adelante buscando con constancia y resolución esta comunión plena y perfecta.
Esta devoción pura a Cristo es admirable bajo cualquier circunstancia. El hecho que Pablo buscara a Cristo con tanta intensidad mientras que estaba en prisión, con el entusiasmo de alguien recientemente salvo, debería darnos una orientación diferente a lo que es el discipulado Cristiano comparado con la “decisión por Cristo” que tenemos ahora.
Nuestro estándar de lo que es el discipulado está muy por debajo del que presenta Pablo. Quizá creamos en una o dos “obras de gracia” que hacen que el buscador tenga sociedad en un grupo en particular. Pero las Escrituras nos señalan una búsqueda, que dura toda la vida, de unión completa con Cristo: con todo lo que Él es, que Él hace y que Él hereda.
“Así espero alcanzar la primera resurrección de entre los muertos.” ¡Vaya reto! ¡Qué alejado de nuestra forma tradicional de pensar! ¿Acaso nuestra complacencia, nuestra indiferencia, obligará al Señor Dios a bajar Sus estándares?
¿O acaso Él cumplirá Su Palabra?
Si debemos apegarnos a la Palabra escrita de los Apóstoles del Cordero, ¿cuántos de nosotros realmente alcanzaremos la primera resurrección, la resurrección-hacia-afuera de entre los muertos?
Cuando Pablo le escribió a los santos, obispos y diáconos de Filipos, él todavía no había alcanzado la primera resurrección.
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. (Filipenses 3:12-NVI)
Dada la estatura espiritual de Pablo en esta etapa de su vida, se vuelve obvio que las recompensas al que salga vencedor pueden ser ganadas por nada menos que la total devoción a Cristo.
Somos invitados a seguir avanzando hasta alcanzar aquello para lo que hemos sido alcanzados por el Señor Cristo Jesús. Pablo considera el haber sido convertido a Cristo, el haber vuelto a nacer, el poder hablar en lenguas y el trabajar en el ministerio como si fuera sólo lo básico del Cristianismo. ¡La riqueza de la gloria en Cristo que está disponible al creyente va mucho más allá de lo básico!
Hay pocos, si es que hay alguno, que han alcanzado a Cristo al grado al que hemos sido llamados. ¿Acaso debemos hacernos de la vista gorda ante el reto y compararnos entre nosotros mismos?
¡Claro que no! Debemos olvidar lo que hemos logrado hasta este momento. Debemos darnos cuenta de que Dios nunca nos ordena que debemos hacer algo sino que Él está listo con todo el poder y la sabiduría (gracia) que necesitamos para cumplir perfectamente y completamente todas Sus expectativas con respecto a nosotros mismos. Nosotros debemos esforzarnos hacia adelante hasta el horizonte que el Espíritu Santo nos está revelando como individuos.
Debemos abanicar nuestro primer amor hasta convertirlo en un fuego consumidor. Debemos prepararnos a nosotros mismos para ser cortados hasta los huesos y hasta la médula de los huesos. Nuestra resolución debe endurecerse como el acero más fino.
El cuchillo de Dios podará. Circuncisará lo que es inútil y lo que está muerto en nuestra personalidad.
Debemos comenzar una vez más con el entusiasmo y la alegría del recién convertido. Debemos regresar a nuestro primer amor y a hacer las obras que hacíamos al principio. No debemos saber nada. Debemos ser como un niño aunque quizá hayamos estado en el ministerio durante varias décadas.
Quizá estemos satisfechos con nuestros logros actuales en Cristo. Ya no debemos seguir satisfechos. Debemos pedirle a Dios nuestro propio objetivo, nuestra propia meta. No dudemos que Cristo nos presentará con una meta clara. No dudemos que Él igualará nuestra completa sinceridad con Su completa sinceridad. ¡Existe algo terriblemente sincero acerca del Calvario!
Habiendo sido mostrados esta meta clara, ese objetivo definido, debemos seguir avanzando con cada fibra de nuestra personalidad para poder llegar a esa meta. No perdamos el tiempo. Estamos corriendo para ganar. Sí podemos ganar la corona de gloria, con la gracia de Cristo, si estamos dispuestos a que nuestra carne esté bajo la sujeción del Espíritu Santo; si estamos dispuestos a ser hechos débiles para que la sabiduría y la fuerza de Cristo puedan ser vertidos sobre nosotros-y por medio de nosotros.
15. ¿Qué debe ser verdad de cada miembro del Cuerpo de Cristo que ha madurado en su andar con Cristo?
Debe tener la actitud de Pablo, la actitud de esforzarse para alcanzar un conocimiento íntimo sobre Cristo; la actitud de querer recibir Su vida de resurrección incorruptible y eterna; la actitud de participar en Sus sufrimientos.
16. ¿Qué le sucederá a cada santo que tenga una actitud diferente a la anterior?
Dios lo llevará a la actitud que Pablo está expresando aquí.
Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos tener este modo de pensar. Y si alguno piensa de forma diferente, Dios les hará ver esto también. (Filipenses 3:15-NVI)
17. Mientras no lleguemos a la meta, ¿cómo debemos seguir viviendo?
Al mismo nivel de santidad y obediencia a Dios que ya hemos alcanzado.
18. ¿Quién servirá de ejemplo y como modelo para los santos de Filipos?
Pablo, y aquellos que se están apegando al modelo establecido por el andar de Pablo en Cristo.
19. ¿Qué es verdad de tantos que se dicen llamar Cristianos y maestros Cristianos?
Se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
Lo mismo sucede hoy en día. Aparentemente, existe una multitud de maestros como éstos y tienen a muchos seguidores. Ellos y sus estudiantes profesan fe en Cristo. Ellos hablan en lenguas, profetizan, dicen haber sido lavados en la sangre y llaman a Jesús, Señor.
Ellos nos enseñan cómo tener poder con Dios. Ellos nos revelan cómo usar nuestra fe para adquirir dinero, éxito en el mundo y abundancia en bienes materiales.
Ellos son del Profeta Falso. Ellos son adoradores del dios Dinero. Ellos operan sobre las emociones de los que son de corazón sencillo. Les roban dinero a los ancianos, diciéndoles que su dinero será invertido en la obra del Señor. Estos maestros están diciendo sus mentiras y están robando en el nombre del Evangelio del Señor Cristo Jesús.
No debemos juzgarlos, tampoco debemos participar ni cooperar con ellos. Ellos serán expuestos por lo que son en el Día del Señor.
Es casi seguro que el Día de Cristo será la sorpresa más grande en la historia del hombre. Muchos de los que han sido prominentes en la obra del Señor serán echados fuera de la Presencia de Dios y del Cordero porque son hacedores de maldad. Ellos aman las cosas del mundo y están usando las cosas de Cristo para volverse ricos.
En nuestros días, ellos se encuentran predicando y enseñando. Ellos serán echados a las tinieblas de afuera cuando Cristo aparezca.
Judas habla sobre aquellos que “por ganar dinero se entregaron al error de Balaam”. Balaam intentó usar el don de Dios para poder hacer dinero. Al hacerlo, abrió su personalidad para ser engañada.
Toda persona que intente usar a Cristo para hacer dinero será engañada. Balaam fue asesinado por el ejército Israelita bajo las órdenes de Josué. Toda persona que esté usando a Cristo para hacer dinero será asesinada por el ejército del Señor cuando Él comience a tomar posesión de la tierra.
20. ¿Cuál es el destino de aquellos que se comportan como los enemigos de la cruz de Cristo?
La destrucción.
21. ¿Qué dios adoran los que se comportan como enemigos de la cruz de Cristo?
El dios de sus propios deseos, su dios es el estómago.
22. ¿De qué se enorgullecen los que son enemigos de la cruz?
De su vergüenza.
23. ¿En qué es lo único que piensan?
En lo terrenal.
24. ¿Cuál es la ciudadanía del santo verdadero de Cristo?
El Cielo.
25. ¿Qué es lo que el santo verdadero anhela?
Recibir en la tierra al Salvador, al Señor Cristo Jesús.
26. ¿Qué hará el Salvador por nosotros cuando Él regrese?
Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso.
27. ¿Cómo transformará Cristo nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso?
Mediante el increíble poder con que somete a Sí mismo todas las cosas.
Capítulo Cuatro.
1. ¿Qué sentía Pablo por los santos de Filipos?
Él los amaba y los extrañaba mucho. Ellos eran la alegría y la corona de Pablo.
2. ¿Cómo quería Pablo que se mantuvieran los santos?
Firmes en el Señor.
Nosotros estamos defendiendo nuestra posición hoy en día. Cuando el Señor regrese comenzaremos a atacar.
3. ¿Qué le pedía Pablo a Evodia y a Síntique?
Aprender a vivir en armonía como hermanas en el Señor.
4. ¿Quién era el fiel compañero a quien Pablo se estaba dirigiendo en el versículo 3?
Quizá Lucas, o Silas, o algún otro líder entre los responsables de los santos de Filipos.
5. ¿Qué le pidió Pablo que hiciera a este fiel compañero?
Ayudar a Evodia y a Síntique porque estas dos mujeres habían luchado al lado de Pablo en la obra del Evangelio.
6. ¿Quién más le había ayudado a Pablo en su obra?
Clemente, y otros colaboradores cuyos nombres no conocemos-pero cuyos nombres se encuentran en el Libro de la Vida del Cordero.
Algunos eruditos creen que el Clemente que se menciona aquí era el líder prominente de los tiempos apostólicos que fue Obispo de Roma. El origen así lo identifica.
7. ¿Cuál fue la exhortación de Pablo, ahora que estaba encarcelado, a los santos y responsables de Filipos?
“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!”
8. ¿Qué espíritu debían mostrar los santos hacia los demás?
Un espíritu de amabilidad, de razonabilidad, de generosidad, de consideración, de gentileza, de cortesía.
9. ¿Qué conocimiento debe guiar cada acción, cada palabra y cada pensamiento del santo?
Que la venida del Señor Jesús está cerca.
10. ¿Cuál debe ser la actitud del santo con respecto a las relaciones, los eventos, las circunstancias y las cosas del mundo?
No debe inquietarse ni preocuparse por ninguno de ellos.
11. ¿Qué debemos hacer con respecto a nuestras necesidades y a nuestros deseos?
No debemos inquietarnos por ellos. Más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, debemos presentar nuestras peticiones a Dios, dándole gracias por la multitud de bendiciones.
12. ¿Qué es verdad sobre la paz que viene a nosotros de Dios?
La paz Divina sobrepasa todo entendimiento.
La paz de Dios no llega después de que todos los problemas se hayan resuelto, ni de que todas las perplejidades hayan sido eliminadas. La paz de Dios fluye en nuestro corazón, en nuestro espíritu y en nuestra mente en medio de nuestras confusiones y temores. Es cuando sabemos que todo está bien aunque todavía no somos testigos de la solución en el reino material.
13. ¿Qué hace la paz Divina por nosotros?
La paz de Dios cuida nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús, evitando que la ansiedad, la preocupación, el temor, el alboroto, la distracción, la confusión, la discordia, la ambición excesiva, la escrupulosidad extrema y el perfeccionismo destruyan la tranquilidad de nuestro reposo, de nuestra paz y seguridad y de nuestro gozo. Nuestro Buen Pastor nos guía hasta los pastos verdes junto a aguas tranquilas.
14. ¿Qué asuntos debe la mente del santo considerar bien?
- Todo lo verdadero.
- Todo lo respetable, honesto y honorable.
- Todo lo justo y recto.
- Todo lo puro.
- Todo lo amable.
- Todo lo digno de admiración.
- Todo lo excelente y virtuoso.
- Todo lo que merezca elogio.
Sin duda alguna, esta exhortación es de suma importancia para nosotros el día de hoy. Existe tanta maldad. Existe tanta perversidad. Existe tanta decepción.
Cuando no tenemos cuidado, pronto nos encontramos intentando pelear contra el fuego de Satanás usando el fuego de nosotros mismos. Satanás disfruta lograr que hagamos esto porque él es el maestro de la violencia, del asesinato, de la malicia, de la mentira, de la deshonestidad, de la injusticia, de la suciedad, de la maldad y de todo lo que es perverso y destructivo.
No es bueno que el Cristiano vea la televisión constantemente, que lea el periódico detenidamente, que piense constantemente en la maldad en el mundo y en la iglesia. Permitir que nuestra mente piense constantemente sobre lo que está mal en el mundo es destructivo para la justicia.
La Palabra de Dios nos ordena que evitemos irritarnos o impacientarnos. ¿Cómo podemos evitar ser irritados si le permitimos a nuestras mentes que piensen constantemente sobre lo que es perverso e injusto?
No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto. (Salmo 37:1, 2-NVI)
El Espíritu Santo en Pablo nos dirige a pensar continuamente sobre lo que es verdadero, respetable, justo, puro, amable y digno de admiración. Cuando consideramos estas cosas somos llenados con justicia, paz y gozo-con el Reino de Dios.
Una persona puede ver el mundo y notar al diablo por todos lados. Otra persona puede ver el mundo y contemplar la Gloria de Dios por todos lados. Podemos pensar constantemente sobre lo que el pecado ha logrado o podemos pensar constantemente sobre lo que Dios ha logrado. La elección es nuestra.
La Biblia nos ordena que pensemos sobre lo que es santo. La Biblia nos ordena que evitemos irritarnos con lo que es malo, ya que pronto pasará. Si queremos hacer la voluntad de Dios, debemos permitir que seamos transformados por la renovación de nuestras mentes. Obedezcamos al Espíritu de Dios en este aspecto de la redención.
Pablo estaba en prisión cuando escribió el Libro de Filipenses. Él estaba rodeado por soldados Romanos que no eran salvos. No había ni un momento en la vida de Pablo en que pudiera escapar para rodearse de quietud, de paz y de santidad. Él pudo haberse amargado, pudo haberse dedicado a quejarse, o a llenarse de preocupaciones. Pero en lugar de hacer eso, él escogió pensar sobre todo lo que es puro, amable y digno de admiración.
15. ¿Qué debían hacer los santos de Filipos?
Poner en práctica lo que habían aprendido, recibido y oído de Pablo.
16. ¿Cuál sería su recompensa si ellos imitaran el comportamiento del Apóstol Pablo?
El Dios de paz estaría con ellos.
17. ¿De qué se alegraba muchísimo en el Señor Pablo?
De que la iglesia de Filipos hubiera mandado a Epafrodito a ver a Pablo con una ofrenda de dinero para su sustento.
Las declaraciones de Pablo en los versículos 10 y 11 nos revelan que no era el dinero lo que alegraba a Pablo, sino el hecho que los creyentes de Filipos realmente le tuvieran cariño. Pablo les aseguró que él comprendía que ellos siempre se preocuparan por su bienestar pero que a veces no tenían la oportunidad para demostrar su cariño.
La llegada de Epafrodito debió haber significado mucho para Pablo. Pablo tuvo mucho tiempo para estar sentado y pensar mientras esperaba su juicio. Una cuidadosa leída al Libro de Hechos nos da una idea de la oposición que Pablo enfrentó conforme intentó explicar que Jesús de Nazaret es Cristo, que Él murió por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos.
El Apóstol Pablo era un individuo audaz y decidido. Él predicó a Cristo con el mismo celo con el que anteriormente había intentado destruir a las iglesias. Pasó muchas horas discutiendo con los Judíos.
Los Judíos en muchas ocasiones buscaron matar a Pablo. Maestros Judíos lo siguieron e intentaron convencer a los Cristianos Gentiles para que se circuncisaran y que obedecieran la Ley de Moisés.
Aparentemente, Pablo fue rechazado más veces de las que fue aceptado. Por esto, podemos imaginarnos que el acto de interés sincero que le fue mostrado conforme esperaba pacientemente en el cuartel Pretoriano, sin saber cual sería el resultado de su juicio, le fue de consuelo y de bendición. Le demostró que su trabajo en el Señor no había sido en vano.
18. ¿Acaso Pablo les estaba diciendo a los Filipenses que estaba necesitado y que requería de su ayuda económica?
No.
19. ¿Qué había aprendido Pablo en Cristo?
Él había aprendido a estar satisfecho, sabiendo que Cristo se ocuparía de sus necesidades sin importar cuáles fueran sus circunstancias.
Pablo sabía cómo vivir en circunstancias humildes. Sabía cómo vivir en la abundancia material. Pablo podía servir a Cristo cuando todas las comodidades físicas le estuvieran disponibles y podía servir a Cristo cuando tenía frío, hambre y dolor por haber sido golpeado por causa del Evangelio.
Algunas personas sirven al Señor diligentemente cuando las cosas están yendo bien y también cuando hay muchos problemas. Otras sirven al Señor sólo cuando ellas están cómodas y seguras. Y otros buscan al Señor diligentemente sólo cuando están sufriendo o en algún peligro. Pablo podía morar en Cristo y hacer Su voluntad bajo cualquier condición.
20. ¿Quién le estaba dando a Pablo sabiduría y fortaleza, paz y gozo, en todo momento y en todo lugar?
El Señor Cristo Jesús.
21. ¿Qué dice Pablo acerca de la ayuda económica que le enviaron con Epafrodito?
Él les dice que hicieron bien en alentarlo y apoyarlo mientras estaba en prisión, aunque el Señor Jesús mismo lo estaba alentando y apoyando.
22. Los Cristianos de Filipos ¿cuándo le ayudaron a Pablo con apoyo económico?
Cuando salió de Macedonia y viajó hacia el Sur para predicar el Evangelio en Corinto.
Pablo había predicado en Filipos (Hechos, Capítulo 16). Luego había pasado por Anfípolis y Apolonia hasta llegar a Tesalonica. Ahí, las predicaciones de Pablo y de Silas provocaron a los Judíos que reclutaron a unos maleantes callejeros para atacar a los apóstoles (Hechos 17:5). Filipenses 4:16 dice que los santos de Filipos mandaron dinero en más de una ocasión a Pablo mientras él predicaba en la iglesia de los Tesalonicenses.
Debido a la persecución, los santos Tesalonicenses enviaron a Pablo y a Silas a Berea (Hechos 17:19).
Los Judíos Tesalonicenses siguieron a los apóstoles hasta Berea y agitaron y alborotaron a los de Berea en contra de los apóstoles (Hechos 17:13). Entonces, los santos de Berea condujeron a Pablo hasta la costa y lo llevaron a Atenas. De Atenas, Pablo fue a Corinto (Hechos 18:1).
Cuando Pablo dejó Berea, él estaba saliendo de la región de Macedonia y entrando a la región de Acaya en donde se localizaba la ciudad de Corinto. Los santos de Filipos fueron los únicos creyentes que continuaron apoyando a Pablo después de que dejó Macedonia.
Cuando estuve entre ustedes (Corintios) y necesité algo, no fui una carga para nadie, ya que los hermanos que llegaron de Macedonia (Filipos de Macedonia) suplieron mis necesidades. He evitado serles una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo. (2 Corintios 11:9-NVI)
23. ¿Pablo deseaba recibir ofrendas de los santos de Filipos?
No.
24. ¿Qué deseaba?
Que tuvieran la oportunidad de mostrar su amor hacia él y su apoyo a la obra del Reino de Dios. Pablo sabía que el Padre aceptaría este tipo de fruto de los santos de Filipos y que aumentaría el crédito a su cuenta en el Día de Cristo.
25. ¿Cómo consideraba Pablo su condición en ese momento?
Tenía dinero de sobra debido a la ofrenda que los Filipenses habían enviado con Epafrodito. El dinero era un sacrificio que Dios aceptaba con agrado, el aroma de un incienso fragante como el que ascendía a Dios desde el Altar del Incienso en la Tienda de Reunión.
26. ¿Cómo responderá Dios a quienes hayan enviado dinero a Pablo?
Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a Sus gloriosas riquezas-riquezas que se les dan a los santos a través del Señor Cristo Jesús.
27. El Apóstol Pablo ¿a quién le da la gloria por los siglos de los siglos?
A Dios Padre.
28. ¿Cómo termina Pablo su carta a los santos, obispos y diáconos de Filipos en Macedonia?
Saluden a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo les mandan saludos. Saludos de parte de todos los santos, especialmente los de la casa del emperador. Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu. Amén. (Filipenses 4:21-23-NVI)
(“Guía de Estudio Para El Libro de Filipenses”, 4126-1)