QUE ES EL REINO DE DIOS?
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Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional
Desde entonces comenzó Jesús a predicar: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.” (Mateo 4:17-NVI)
¿Qué es el Reino de Dios? Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, tienen mucho qué decir con respecto al Reino de Dios. Pero exactamente ¿qué es el Reino de Dios? ¿Dónde está? ¿Cuándo vendrá a la tierra?
Tanto Jesús como Juan el Bautista predicaron la venida del Reino de Dios. Las parábolas que Jesús habló tienen que ver con el Reino de Dios.
Algunas de las parábolas parecen como si el Reino de Dios fuera una experiencia que sucede dentro del creyente, mientras que otras enseñanzas del Señor aparentan señalar a la venida desde el Cielo de un reino externo.
Desde nuestro punto de vista, las preguntas con respecto al Reino de Dios se contestan sencillamente.
El Reino de Dios es el Señor Cristo Jesús. Conforme Cristo está siendo formado en nosotros el Reino de Dios está siendo formado en nosotros. Sin embargo, el Señor Cristo Jesús está en el Cielo a la derecha de Dios Padre. Por lo tanto el Reino de Dios está en el Cielo a la derecha del Padre.
Donde quiera que Jesús esté, ahí está el Reino de Dios. Cuando Cristo echa a los demonios, el Reino de Dios está echando a los demonios. Conforme Cristo crece en nosotros, el Reino de Dios está creciendo en nosotros. Cuando Cristo aparezca en las nubes del cielo con los santos y ángeles esta será la venida del Reino de Dios a la tierra.
La principal parábola del Reino es la parábola del sembrador. La parábola del sembrador habla de la naturaleza esencial del Reino de Dios, ya que el Reino de Dios es la siembra de Cristo en cada criatura salva en el universo de Dios. El propósito central de Dios es llenar todas las cosas con Cristo.
Las actividades de la religión Cristiana a veces ayudan y en otras ocasiones dañan al Reino. Si hemos de entrar al Reino nuestra naturaleza de Adán (pecadora) debe de hacer lo que pueda para sostener nuestra personalidad ante Dios, ayudado por la gracia que el Señor provee, hasta que el Día Estrella, Cristo, ascienda en nuestro corazón. Debemos de orar, leer las Escrituras, reunirnos con discípulos fervientes, dar, servir, y hacer todo lo demás que las Escrituras asocian con vivir una vida Cristiana íntegra.
La finalidad de nuestro esfuerzo para servir a Cristo es la formación de Cristo, el Reino, en nosotros. Cristo en nosotros es el misterio del Evangelio del Reino.
El Reino de Dios es la creación nueva que resulta del desarrollo de Cristo en el creyente. El resultado de producir a Cristo en el ser humano es una creación nueva, una nueva personalidad, una expresión única de Dios.
Cada santo ha sido llamado para ser el siervo de Dios y una manifestación única de Dios de todos los tiempos.
Se puede ver de lo anterior que la redención de Dios resulta en un cambio de nuestra identidad racial. La raza de Adán llegó a su fin en la cruz. La raza nueva consiste de espíritus que dan vida. Conforme Cristo se forma en nosotros nuestra primera personalidad se muere. Un nuevo tipo de criatura emerge. Por esto el proceso de la redención es tan doloroso. Lo viejo debe de morir para que lo nuevo pueda vivir.
Algún día todas las prácticas de la religión del Cristianismo (y del Judaísmo) ya no serán más. Cuando Cristo haya sido formado en nosotros el andamio ya no será necesario.
La provisión de Dios para el vacío que Él ha creado en nosotros es Su Hijo, el Señor Cristo Jesús. Solamente conforme Cristo es formado en nosotros, y conforme entramos en unión con Cristo, es que entramos en nuestro papel como “hombre”, a la plenitud de la fructificación y el dominio.
El Reino de Dios es Dios en Cristo en los santos trayendo la Presencia de Dios a todas las personas salvas de la tierra.
(“¿Que Es El Reino de Dios?”, 4105-1)